miércoles, 9 de noviembre de 2011

Caza a la espía (Fair Game), by Doug Liman

Me puse a ver esta peli, que va sobre el caso real de la espía norteamericana Valerie Plame, algo mosca porque había leído previamente algunas críticas que la tachaban de filme cuasi documental. En fin, a mí los documentales me gustan (lo prometo, palabrita del niñojesús) pero no sé yo hasta qué punto sería capaz de tragarme uno sobre la historia de la tía ésta, que tampoco me parece demasiado apasionante. Y para colmo el tema Irak ya me carga un poco, y eso que no está ni las tres cuartas partes de explotado que el de Vietnam o el de la guerra civil en España. En fin, que a pesar de estas cosillas me piqué y allá que fui.

Mi diagnóstico: soy un marujón. Soy lo más peor. Me pasé toda la peli verdaderamente preocupada por la forma de conciliar la vida familiar y la laboral de la espía Plame. Llamadme incluso sexista; igual si el espía hubiera sido el marido no me haría estas preguntas. Pero es que una espía de altísimo nivel y un diplomático superocupadísimo no me los hago yo formando una familia y cuidando a niños pequeños. Me hace sentirme muy inferior y muy fatal. Yo no soy espía ni estoy todo el día por ahí viajando y jugándome el pellejo ni mi marido es un aguerrido luchador contra el imperio, joder, pero nos las vemos y nos las deseamos para esto de la conciliación. Seremos torpes, no te digo yo que no.

Admiro mucho a los americanos porque las cuestiones de intendencia doméstica siempre las tienen superbien resueltas y pueden dedicarse tranquilamente al espionaje, la diplomacia, salvar al mundo y todas esas cosas. Yo, la verdad, no tengo tiempo ni siquiera para salvar España, con todo lo chica que es; menos mal que para eso está Rajoy, qué alivio.

Creo que el resto de la historia que nos cuenta Liman es muy superficial y tiene el mínimo interés frente a esta capacidad supersónica para la conciliación familiar. Eso sí, Sean Penn lo hace muy bien, como de costumbre, pero tampoco veo yo a este hombre cuidando críos y recogiendo la mesa. En definitiva, que mi punto maru me ha impedido disfrutar como debiera de esta, sin duda, excelente película.

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