lunes, 21 de noviembre de 2011

The fighter, by David O. Russell

No estoy de acuerdo con la mayoría de críticas que he leído sobre esta película. La estrella suprema no es Christian Bale, que se llevó el Oscar al mejor secundario. Ni siquiera Melissa Leo, que también se llevó su correspondiente estatuilla. Para mí el verdadero papelón lo hace Mark Wahlberg.

Bale simplemente ha perdido unos cuantos kilos, se ha puesto flaco y hace de yonki. No soy una experta en artes interpretativas pero si no me equivoco eso es lo que de toda la vida se ha llamado un papel-caramelito. Eso es fullería, cualquier actor medianamente versátil podría haberlo hecho igual de bien. Lo de Melissa Leo tampoco tiene mayor mérito; le ha tocado un personaje puro histrión: una madre de nueve hijos metida a manager de boxeo de los 2 varones; cágate lorito. Tampoco vale, aunque eso en Hollywood mole mogollón y sea sinónimo de triunfo y muñequito en la vitrina de casa.

En cambio a Mark Wahlberg se le pide, frente a tanto aspaviento y tanta escandalera, que interprete con contención a un tipo acorralado en su carrera y en su vida. Y lo hace bien, y se defiende con gallardía entre tanto baile de san vito. Es increíble lo minusvalorada que está la sobriedad interpretativa en esto de la crítica cinematográfica. Que si es sosito, que si no se mueve... Joder, hasta Shakira es sosita al lado del tsunami Bale. Pero cómo se agradece ese relax, ese saber hacer sin contorsiones faciales, esa moderación. Mark, tú sí que vales, chaval.

Por lo demás la película es una paranoia total. Una familia monster, una novia igual de monster, y un pobre chaval a la deriva entre tanto monstruo. Lo que te cuentan, una vez más, es cómo salir de la miseria y el cutrerismo pegándote hostias con otra gente igual de cutre y miserable que tú. El boxeo para los tíos vendría a ser como la prostitución para las tías, sólo que disfrazado de deporte y con un poco más de riesgo para la salud. Otra historia estúpida sobre gente estúpida con vidas estúpidas. No merece mucho más comentario.

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