lunes, 28 de noviembre de 2011

Caramel, by Nadine Labaki

El título echa para atrás, es verdad; suena a dulzón y empalagoso. Pero resulta difícil resistirse a una historia de mujeres que transcurre en una peluquería mientras se peinan y se depilan. Para una tía éste es el cebo perfecto porque la peluquería es uno de esos sitios que ejerce en nosotras una atracción tan fuerte que puede llevarnos a la perdición. Qué mujer no ha entrado alguna vez en una de ellas con la esperanza de renovarse o morir y ha salido hecha un mar de lágrimas después de la renovación y deseando la muerte? Las historias de peluquería son un mundo aparte y por ese mundo hemos pasado todas en alguna ocasión. Que no?

Nadine Labaki es una joven directora, actriz y guionista libanesa y con esta película se llevó el premio del jurado y el premio de la juventud en el festival de San Sebastián. Por una vez y sin que sirva de precedente voy a estar de acuerdo con un jurado. Cansada de ver películas pretenciosas y con ínfulas de obras de arte, se agradece en el alma la sencillez, la sensualidad, la naturalidad y la falta de afectación de esta realizadora debutante.

Historias perfectamente reconocibles, diálogos que no pretenden impresionar, personajes veraces y auténticos, una música que se adapta al guión como un guante (luego he sabido que el autor, Khaled Mouzanar, es pareja de Labaki), la simpleza del cine bien hecho, sin demasiados medios, sin estrellas deslumbrantes y sin ostentación, pero que cuenta cosas y toca bien las teclas que hay que tocar.

Contraste brutal con la fatuidad y la petulancia de películas como "Closer", que casualmente estuve viendo ayer. Nada que ver, oigan.

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