lunes, 7 de noviembre de 2011

50 primeras citas, by Peter Segal

Prometo que no nombraré en esta crítica esa otra película de obligada mención que es "Atrapado en el tiempo". Uyssss, perdón, se me ha escapado.

Bueno, la historia que aquí nos cuentan, en principio, parece interesante. Chico se enamora de chica pero chica tiene una enfermedad que hace que cada día olvide todo lo referente al anterior y que repita una y otra vez el mismo día. Esto obliga al intrépido pretendiente a inventar fórmulas mil para enamorarla cada 24 horas como si fuera la primera vez. Para ella siempre es el primer día, siempre es el primer beso y siempre es todo nuevo. Mola, no?

Bueno, pues no, no mola. Y no mola porque es burda a más no poder, chusca y arrabalera. Hay un personaje interpretado por Rob Schneider, que hace de íntimo amigo del enamorado protagonista, que haría vomitar a una cabra. Las chanzas son ordinarias, insulsas, bastas y provocan mucho más la vergüenza ajena que la risa. El humor es bajuno y estridente como en la peor de las comedietas para adolescentes acneicos. Penoso, grimoso, asqueroso y rijoso.

La primera media hora es espeluznante; varias veces estuve a punto de abandonar y dejar de ver semejante engendro. Me alegro de no haberlo hecho, porque lo cierto es que a partir de ahí no es que sea menos chusca pero algo mejora cuando el muchacho se ve obligado a echar mano de toda su creatividad para seducir una y otra vez a la chica. Lástima que los personajes secundarios con su zafiedad manifiesta deterioren tanto el conjunto que terminen por pesar mucho más que lo poco positivo.

Lo mejor: no es demasiado larga, aunque a ratos vive dios que lo parece.

Lo peor: sin duda Rob Steiger y Lusia Strus. Dos verdaderos purgantes para el cuerpo.

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