lunes, 28 de noviembre de 2011

Cegados por el deseo (Closer), by Mike Nichols

Blablablablablabla... Sí, amigos, los personajes de esta película hablan y hablan constantemente, cosa muy normal si tenemos en cuenta que está basada en una obra teatral. Pues eso, hablan y hablan y vuelven a hablar. El problema es que no dicen nada. Bueno, sí, dicen muchas tonterías.

Si algo tiene interesante es la estructura dramática. Hay sólo 4 personajes pero todos los diálogos son duales. Hay diálogos Owen-Roberts, Owen-Portman, Portman-Roberts, Portman-Law, Roberts-Law y Owen- Law, incluso hay una charla cibernética entre Owen y Law, que es tal vez lo más divertido de toda la película. Salvo éste, todos los demás son diálogos pretendidamente intelectuales, brillantes, de gran enjundia y profundidad, pero en realidad pura filfa. Son vacíos o directamente engañosos (p.e., el de Owen y Portman en el puticlub, completamente incongruente, dadas las circunstancias vitales de los dos).

Eso sí, una estética muy cuidada, muy pija, muy londinense y muy fashion. Y unas interpretaciones muy desiguales. Portman se los come a todos con patatas, menos a  Owen, que resiste bien, a pesar del infame doblaje. Jude Law y Julia Roberts se quedan totalmente eclipsados frente a las interpretaciones leoninas de los otros dos. De hecho las partes más infumables del guión, las más soporíferas e insulsas, son las correspondientes a este dueto.

En definitiva, una especie de "Escenas de matrimonio" pero a lo fino y a lo muermo. Nada nuevo bajo el sol, salvo que en lugar de Pepa y Avelino tenemos a Natalie Portman y Jude Law y a Julia Roberts y Clive Owen.

Lo mejor, sin duda, las escenas primera y final con Portman andando por la calle mientras suena de fondo el magnífico tema principal "Can't take my eyes off you".

Lo peor, la insoportable pretenciosidad del guión.

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