jueves, 21 de febrero de 2013

Sexo, mentiras y cintas de vídeo, by Steven Soderbergh

SEXO. El sexo está muy sobrevalorado. Todo el mundo habla de sexo, piensa en el sexo, escribe sobre sexo, lee sobre sexo, hace pelis de sexo… Y claro, naturalmente el gran Soderbergh no podía ser menos, faltaría plus! Él tenía que hacer también su peli sobre sexo; pero eso sí, sin sexo, o sea, una historia en la que la gente ni folla ni se toca, que sólo mira y habla. Y cómo se hace eso? Pues fácil: juntas a una neurótica reprimida muy guapa pero fría como un témpano y a un voyeur adorable pero impotente, y los pones a relatarse mutuamente sus desgracias sexuales. Y ya tienes una peli de sexo sin sexo. Y tú ya serás considerado un genio el resto de tu vida for ever and ever.

MENTIRAS. Contrariamente al sexo, la mentira está francamente infravalorada como medio de superviviencia social e incluso como labor humanitaria. La sinceridad, en cambio, está supervaloradísima. Pero cómo podríamos vivir en un mundo en el que la gente fuera brutalmente sincera y dijera exactamente lo que piensa, lo que siente y lo que hace en su intimidad? Sería un infierno; es más, no se me ocurre un infierno más infernal. El infierno de la verdad absoluta, en el que ni siquiera por mera caridad estaría permitido mentir. Un horror! Y sin embargo ésa es la ingenua y pavorosa propuesta de Soderbergh en esta película. No se os ponen los pelos de punta?

CINTAS DE VÍDEO. Mucho antes de que James Spader engordara 50 kilos, su cara se convirtiera en un pan abogado y se metiera a idem en Boston Legal; mucho antes de que Andie Porqueyolovalgo MacDowell se dedicara a hacer anuncios de champú; y mucho antes de que aparecieran Internet y las redes sociales y la gente tomara por costumbre colgar sus vídeos caseros follando, echándose pajas o comiendo pollas... mucho antes de todo eso a Soderbergh se le ocurrió esta historia precursora sobre exhibicionistas y mirones que en su momento apasionó pero que hoy en día, cuando cualquiera enseña sus tetas por youtube, o las tetas de su novia… resulta tan antigualla como “Marcelino pan y vino”, "Sor Citroen" o “Las señoritas de la Cruz Roja”. Una reliquia, en definitiva

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