- Recuerda, recuerda, mi amorrrrr.
- No puedo, no puedo… Espera, espera, veo un par de rayas.
- Un par de rayas…Hummmmm. Pero perpendiculares o paralelas?
- No, no, paralelas. Oh, cielos, qué puede significar?
- Un par de rayas bien podrían ser el símbolo de un trauma infantil.
- Síiiiií, mi profesor de matemáticas llevaba pantalones de rayas.
- Pero de qué color eran? Recuerda, recuerda.
- Creo que eran azules.... No, no, espera, eran blancaaaaas.
- Dos rayas blancas. Huuuummmm, qué cosa más extraña.
- Las veo, las veo, las estoy viendo… Creo que voy a desmayarme.
- Noooo, no te desmayes ahora. Recuerda, recuerda.
- Síiiiiiií… Recuerdo… un patinete de rayas.
- Rediez!! Un patinete. Eso bien podría ser un símbolo fálico.
- Uysssss, un símbolo fálico. Creo que voy a desmayarme otra vez.
- Un par de rayas, un par de rayas… Espera… Había una tarjeta?
- Sí, creo que sí. Una Visa. No, una MasterCard!
- Cielosssss, una MasterCard! Algo más? Recuerda, recuerda!
- Síiiiií, lo veo, lo veo! Un billete de 20 euros! Y está enrollado!!!!
- Y las dos rayas son cortas o largas? Recuerda, recuerda!
- Espera espera... Snifffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffff!
LO PEOR: Todo… el guión, las interpretaciones, el argumento, los desmayos, los sueños, el desenlace… pero principalmente las patéticas caritas de la Bergman.
LO MEJOR: Una frase muy de Hitchcock: “Los dos sabemos que el cerebro de una mujer enamorada opera al más bajo nivel”.
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