jueves, 28 de agosto de 2014

Third Star, by Hattie Dalton

No había llorado tanto viendo una película desde "El jardinero fiel".

Qué coño! No había llorado tanto viendo una película nunca.

Porque empecé a llorar ya desde los títulos de crédito.

Y seguí llorando y llorando como una pupa viva.

Y los últimos quince minutos ya no era llorar, era todo un río.

Y con los créditos finales las lágrimas seguían cayendo sin parar.

Y media hora después seguía y seguía.

Y una hora después me había derramado toda.

Y ya no era por la peli, ya era porque el solomillo se me había quemado.

Y porque la cara del chico moribundo me sonaba demasiado familiar.

Y porque la cisterna hijadeputa no paraba de gotear.

Y porque pensé que se me podían caer las pestañas de tanto llorar.

Y porque me dio pavor de lo fea que estaría sin pestañas.

Y porque también pensé que las lágrimas son salinas y resecan el cutis.

Y porque descubrí entre tanta llantina una telaraña en la lámpara.

Y porque ya la propia inercia de mi lacrimal era imparable.

Decidido: no volveré a ver una de Hattie Dalton... sin 20 paquetes de klinex.

Y no podré volver a ver la cara de Benedict Cumberbatch sin hartarme de llorar.

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