martes, 12 de agosto de 2014

Yentl, by Barbra Streisand

Me gusta "Yentl" y me gusta Barbra Streisand (vaaaaale, soy una friki, qué passssssa). Y a veces me pregunto qué caprichosa voluntad hace que algunos bodrios infumables tipo "Matrix" sean considerados películas de culto, y en cambio verdaderos dechados de perfección técnica, visual, musical y argumental como "Yentl"  sean casi de vicio oculto.

Vaaaaaaaale, ya lo sé. No hace falta que me lo digáis. "Yentl" no tiene los cuatro requisitos básicos para ser una peli de culto:

1. No hay un mensaje críptico, todo está superclaro y megadiáfano.

2. No hay meneos esquizoides de cámara; la fotografía es limpia como la patena.

3. No hay dobleces en los personajes, son gente normal, no hacen cosas raras.

4. No hay giros inesperados en el guión ni vueltas de tuerca; hay la vida misma.

Me cuesta creer que la sensibilidad y el buen hacer que derrocha esta película tengan tan poca afición. Igual es un poco de fobia a la Streisand? Pues podría ser; si no, no se explica.  Es verdad que ralla un poco que una tía sepa hacer tantas cosas a la vez: producir, dirigir, interpretar, cantar... Joder, da como algo de yuyu, lo reconozco. Pero las cosas como son, es que lo hace todo bien. Por saber, la cabrona sabe hasta elegir el perfecto partenaire.

Porque... quién no perdería el oremus y se olvidaría del coñazo de lecciones del Talmud durmiendo cada noche al lado de ese pedazo de maromo llamado Mandy Patinkin (que, por cierto, vaya ridiculez de nombre para tanto macho)? Barbra, Barbra, pa mí que lo que hay por ahí es muuuuuucha envidia.

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