miércoles, 8 de abril de 2015

El Niño, by Daniel Monzón

Como ya pudo verse claramente en “Celda 211”, Daniel Monzón es un gran aficionado al cine americano y está firmemente dispuesto a hacer cine americano aquí en España. Bueno, me parece bien, eso tiene su público y además es mucho. Hay gente que sólo ve ese tipo de cine y está bien que la industria española haga productos que satisfagan a ese tipo de público. Pero las cosas como son, es lo que es, una mera imitación de un cine ya conocido cuyas pautas son sencillas y simples.

Por ejemplo, a mi hijo de 16 años la peli le encantó. “Mamá, a ésta le vas a poner un diez, no?”, me preguntó. Pues no, no le voy a poner un 10; le voy a poner un 1 mondo y lirondo, que es exactamente lo que le pondría si la firmara un señor con nombre anglosajón nacido en Nebraska. Como puntuaría a cualquier otra película que se basara en mucha acción, mucha persecución y mucho ruido.

Que quede claro que pienso que el cine comercial está bien, que crea industria y afianza público y que no tengo nada contra él. Y tampoco discuto a los que me digan que lo comercial no está reñido con la calidad. Estoy totalmente de acuerdo, pero no es éste el caso. Ésta es una película mala pero comercial, y lo tengo que decir. Como en su día lo fue “Celda 211” y como parece que ha decidido Monzón que quiere que sea su cine.

Lo que pasa es que aquí estamos tan poco acostumbrados a hacer películas que funcionen en taquilla que en cuanto aparece una nos inflamos a alabarla y a echarle flores como si fuera lo más de lo más. Es lo que ocurrió con la susodicha “Celda 211” y lo que ahora ha ocurrido con “Ocho apellidos vascos” o con “El Niño”. Es un tipo de cine que está hecho para un determinado público no demasiado exigente que lo que busca es entretenimiento puro y duro sin plantearse nada más y que considera que calidad es que en una persecución haya muchos coches, muchos derrapes y muchas vueltas de campana con profusión de fuegos artificiales y espectáculo.

Como no pertenezco a ese tipo de público a mí ésta no me parece una buena película, aunque reconozco el esfuerzo de Monzón por hacer algo digno. Por ejemplo, ha conseguido reunir a un reparto muy atractivo: Luis Tosar magnífico, como siempre, a ese tío le des el papel que le des te hace un trabajazo; Bárbara Lennie y Eduard Fernández también cumplen bastante bien, a pesar del personaje inane y tontorrón que le ha tocado a ella; por el contrario Sergi López en su acostumbrada tónica átona, valga la paradoja, que no sé qué clase de cosa le corre a ese hombre por las venas, pero desde luego sangre no es.

Bueno, y por último tenemos la guinda del pastel, el gran hallazgo: el niño guapo, Jesús Castro, ese pedazo de macho rompebragas que cuando está callado y se limita a mirar con esos ojazos que sus papis le han regalado es una especie de Paul Newman en ciernes, capaz de hacer bizquear a cualquier hembra heterosexual o varón homo que se le ponga a tiro, pero que en cuanto abre la boca podría hacer llorar ríos de lágrimas en la misma proporción que antes hizo babear.

En definitiva, cine que vende, que gusta a las masas, que entretiene y que hace industria y da trabajo a la gente, pero cine completamente insustancial y fácilmente olvidable.

12 comentarios:

  1. Querida hija crítica, a veces "el cine que vende, que gusta a las masas, que entretiene y que hace industria y da trabajo a la gente, completamente insustancial y fácilmente olvidable (palabra que reproduzco pese a no encontrarla en la RAE)" es el que gana batalla. Pero, y pregunto tras citarla literalmente como a las grandes, la tengo "ar fondo a la izquierda" entre la Pantoja y la Cantudo, ¿le parece poco halago para la película en cuestión, vender, entretener, hacer industria y dar trabajo?
    Es muuuucho más de lo que hace el actual ejecutivo estatal, y muchos otros regionales, y por el precio de la entrada y estando mal que lo diga, olvido momentáneamente mi condición de Reverenda y Madre, prefiero a ese jesusito que a marianico "el corto".
    Si me permite sugerirle un título..."Asesinato en el Orient Express", un clásico entre los clásicos que no le dejará indiferente.
    Siempre suya, La Abadesa

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  2. Pues no, Sor, no me parece poco. Me parece muy requetebién que se hagan este tipo de películas que venden y llenan los cines, como creo que ya he dejado claro en mi post.

    Otra cosa es que yo, en mi labor crítica, deba puntuar y comentar las películas en cuanto a su calidad artística, que no comercial, y eso es lo que hago.

    Me parece muy mal que la palabra "olvidable" no aparezca en el diccionario, en tanto que sí aparece su antónima "inolvidable". Un "olvido" imperdonable de nuestros insignes académicos.

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  3. Acabáramos, "su labor crítica"...claro, claro...comprendo.

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  4. Pues sí, querida lectora, mi labor crítica, que aunque a título de aficionada, me la tomo yo con muchísima seriedad y con disciplina casi británica. Algún problema?

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  5. ¡Pero tú qué vas a tomarte nada con seriedad, alma de cántaro!

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  6. Falto yo por escribir...A ver, ¿qué pasa aquí? Jajaja...

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  7. Pues que aquí hay gente que, sin ningún tipo de criterio ni autoridad moral ni nada, está poniendo en duda mi seriedad.

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  8. En qué te basas, Kowalski, para cuestionar mi seriedad como crítica y como persona en general?

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  9. En tu foto de perfil y en el tono de casi todo lo que publicas.

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  10. Claaaaro, sin autoridad moral, ni nada de nada de nada... ¡a Dios gracias! Y el criterio ya lo pone usted, además con el que hace una labor y ¡qué labor! porque debe de hacer mucha ilu que le hayan escrito a su correo Bogdan Apetri más que tener un amigo famoso ¡¿dónde va a parar?!
    Siempre suya, La Abadesa

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  11. Efectivamente, querida sor, mi amigo Bogdan Apetri, un tipo supersimpático y supercariñoso, me escribió para felicitarme por mi crítica sobre su película y no puedo ni debo negar que me hizo muchísima ilusión, dado que es el primer director de cine que me manda un email en la vida.

    Cuando tenga mi correo empetao de mensajes de directores de cine pues ya no me hará tanta ilusión, lógicamente.

    Ps. Anda que me tienes contenta, Kowalski.

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