lunes, 19 de diciembre de 2011

La tapadera, by Sydney Pollack

Tom Cruise es un tipo que se pasa la vida metido en misiones imposibles. Las otras no las he visto pero presiento que no pueden ser mucho más imposibles que ésta. Sí, ya sé que Grisham es un maestro de las tramas complicadas, pero aquí se supera. O igual es Pollack el que desbarra, no lo sé.

Lo que sí sé es que Cruise se pega unas carreras tremendas. Es como Usain Bolt pero con maletín. No estaría mal plantearse esta modalidad olímpica, queda como muy glamouroso correr así. A Cruise le persiguen por todas partes: sus corruptos compañeros de bufete, los federales, la mafia... Y claro, esto es una maratón, todo el rato correr y correr. Y entre corrida y corrida también se pega alguna que otra corrida de las otras. No, hombre, de las de toros no.

La historia es delirante de principio a fin; tenemos a un chaval recién licenciado en derecho al que contrata un bufete de enorme prestigio, pagándole un pastón y haciéndole asociado con sólo verle el careto. Ya esto mosquea, no? Pues si sigues viéndola el mosqueo va en aumento a ritmo vertiginoso.

A Holly Hunter la nominaron para el Oscar, no entiendo muy bien por qué. La he visto en cosas bastante mejores, porque hacer de secretaria sexy y traviesilla tampoco es que sea un papelón inolvidable.

En cambio, Gene Hackman... qué hombre! Como de costumbre, llena con su imponente presencia la pantalla, aunque su papel sea una mierda y se reduzca a la mínima expresión. Ése sí que es un campeón olímpico; él solo levanta una peli en cinco minutos.

En resumidas cuentas, un muy buen elenco para una historia que de puro rocambolesco deriva casi en lo paranormal. Entretenidilla pero floja.

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