martes, 20 de septiembre de 2011

El mensajero, by Joseph Losey

"Qué es el galanteo? Hay algo más que los besos, no? Tiene que haberlo". Éstas y otras preguntas por el estilo son las que se plantea el niño protagonista de esta película ambientada en los inicios del siglo XX. Unas preguntas que hoy en día nos suenan a chino porque no existe un solo niño de 13 años, que es la edad del chaval éste, que llame galanteo a lo que es el mero follar y que no sepa con pelos y señales qué hay después de los besos.

Es lo que tienen estas historias de época situadas en la vieja Inglaterrra, con sus trajes maravillosos, sus señoras con sombreros inmensos y sombrillas,  sus cuartos de fumar para los caballeros, sus partidos de criquet, sus cenas de etiqueta, sus fantásticos palacios y ese formalismo social y moral que oculta a menudo intensas y secretas pasiones. Son historias que suenan a otro mundo, ni siquiera a otra época, sino a cosa de extraterrestres. Esos niños preguntando cosas como si hay algo más después de los besos han existido alguna vez?

La peli es preciosista, muy cuidada en todos sus detalles; la fotografía maravillosa, el vestuario y la ambientación impecables y los diálogos buenísimos. La escena del partído de criquet con su posterior fiesta es para pasar a la antología del cine de época, una auténtica hermosura. Y las interpretaciones de la etérea Julie Christie, de ese enorrrme Sir Alan Bates, qué ojos, qué presencia, qué apostura, diossss, qué hombre.... Por no hablar de la grandísima Margaret Leighton, que fue muy justamente nominada al Oscar por este papel. Sólo chirría un poco la música de Michel Legrand, que más parece ideada para un spaguetti Western que para un drama clásico. En general, muy recomendable.

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