miércoles, 15 de julio de 2015

La vida de Pi, by Ang Lee

No se puede negar que “La vida de Pi” es una película espectacular. Los efectos especiales son impresionantes y, aunque yo no la vi en 3D, reconozco que algunas escenas tienen que ser acojonantes en ese formato. Por tanto, por el lado técnico nada que objetar.

La historia, que obviamente tiene tintes de fábula, también es muy entretenida. La convivencia entre el chico protagonista y el tigre Richard Parker y el modo en que el chaval consigue “conquistarlo” hasta convertirse en algo parecido a unos buenos amigos, también resulta fascinante. Y a pesar de que a primera vista pueda parecer un coñazo una historia con una persona y un animal como únicos personajes en ningún momento se hace aburrida porque la forma en que evoluciona la relación entre ambos hace que la tensión no decaiga en ningún momento.

Y una vez reconocido esto, tengo que decir que me parece totalmente impresentable y demencial el trasfondo de la película. Si se hubiera quedado en eso, en una bonita historia entre un chico y un tigre sin más pretensiones tal vez me habría parecido una gran película. Pero teniendo en cuenta el mensaje que supuestamente transmite la fábula la cosa pasa de inmediato a la categoría de bazofia metafísica.

Ya de por sí mosquea un poco que el protagonista sea una especie de friki multicreyente de todas las religiones monoteístas, que se ha montado un popurrí religioso mental con todas ellas y que está contando su historia al escritor para “demostrarle que Dios existe”. Una se pregunta durante todo el tiempo de qué forma va a convencer al escritor de la existencia de Dios con esa amable fabulita del niño y el tigre. En este punto es inevitable recordar aquellas teorías peregrinas que nos enseñaban en clase de religión en el instituto, las teorías de Santo Tomás, de San Agustín, etc… aquello del ser contingente y el ser necesario… en fin, esas argumentaciones forzadísimas que pretendían lo imposible, llegar desde el raciocinio a lo que sólo puede entenderse mediante la fe, que es exactamente lo contrario a la razón.

Pues bien, Ang Lee con esta fábula consigue otro imposible: desarrollar una teoría todavía más gilipollesca y absurda que todas las de sus predecesores. La cuestión es: como la vida es bastante feota en sí misma es mucho más guay montarse historietas chulas que expliquen esa realidad tan poco estética y a veces tan sucia y asquerosa. Vale, Lee, por eso, como es un poco prosaico lo de explicar que el hombre procede de una ameba que ha ido evolucionando, es mucho más diver aquello del cachito de barro y luego la costillita y todo eso. Sí, señores, y este hecho incontestable demostraría sin lugar a dudas la existencia de Dios. Así como suena, he aquí la teoría del señor Ang Lee.

Y así, después de haber estado viendo una historia más o menos entretenida, con una inusitada fuerza visual, te enteras de que en realidad lo que estabas viendo era la supuesta justificación “racional” de la existencia del creador. Y el chasco es de campeonato, claro.

Porque, independientemente de creer o no creer en Dios, de verdad hay algo más fascinante en el mundo que un microorganismo diminuto evolucionando a lo largo de millones de años hasta dar lugar a un montón de especies mucho más desarrolladas? En serio a alguien le parece más interesante lo del barro y la costilla? Y qué me decís del Big Bang? Hay alguien por ahí a quien le parezca más apasionante lo de “Dios hizo el mundo en seis días y al séptimo descansó?”. Venga ya, hombre! Ang Lee, que te tires de la moto.

19 comentarios:

  1. Me temo que no has entendido la película. Y creo que le ocurre a muchos espectadores. La clave de todo la tienes al final, en el diálogo con el periodista; pero es muy sutil. Si no hubieras pasado por alto ese detalle, te habrías dado cuenta de que la historia es realmente conmovedora, y en absoluto pretende ser una demostración de la existencia de Dios; en todo caso lo contrario. De todos modos la película no va de eso.

    Te sugiero que abandones por un rato tu sed de destrucción cinematográfica y vuelvas a ver los últimos minutos de la película (desde la entrevista con los japoneses, donde también se da una pista, si bien esta no es tan determinante).

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  2. Kowalski, déjate de historias y dime cuál es la pista.

    No estoy dispuesta a tragarme otra vez toda la película, ni siquiera el final.

    Cuenta tu teoría y déjate de pegos.

    No puedo con los listillos, de verdad.

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    1. No es mi teoría, ni una opinión personal, ni una suposición, ni nada de eso. La película lo deja claro, pero estoy casi totalmente seguro de que cuando eso sucede (en los últimos minutos), tú ya estabas creando mentalmente esta enésima crítica, calcada a todas las demás que aquí publicas, entre graciosilla en plan monólogo del Club de la Comedia y entre desmitificadora en plan "yo soy demasiado exigente para esta basura", y claro, tan atenta estabas a tu ego y a lamerte el propio pototo que no comprendiste la película. ¡Y aún así publicas una crítica boba en la que pretendes enseñar a los demás de qué va la cosa! Lamentable. Vergonzoso. Indignante.

      Y no, no te voy a desvelar aquello que tu soberbia te impidió comprender. De hecho sería una lástima que acabes entendiendo lo que se explica tan elegante y delicadamente al final, y por tu puta arrogancia te niegues a admitirlo, o peor aún, te burles de ello.

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  3. Igual es que estoy ovulando o algo pero no sé, me ha parecido detectar cierta acritud en tu post. Aunque bien podría ser que yo esté un poco susceptible con la calor y eso.

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  4. Tranquila Inma, que quien no se ha enterado de nada es el bueno de Leónidas. Efectivamente la película apesta a discurso trascendente que tira de espaldas. Una mariconada en toda regla, con mucho color, cursi hasta rayar en lo patético y, eso sí, con medios. Y hazle caso al bueno de Leónidas y ve de nuevo el final, cópialo y verás como los que llevamos la razón somos nosotros. Un abrazo y me acabo de leer del tirón como ocho críticas tuyas y he coincidido esta vez bastante, pero me he reído más. No solo escribes bien, es la gracia que tienes a raudales.

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  5. Para que no tengas que verla de nuevo te hago un pequeño análisis de lo que pretende el final. Diferentes versiones de una serie de sucesos, personajes, historias, vivencias, experiencias, transformaciones vitales ..., se pueden contar de mil maneras (diversidad de dioses y religiones), pero al final dios es solo uno y el mismo en todas las religiones, pese a que el encuentro con él pude realizarse a través de caminos (religiones) diversos y en apariencia distintos. Por eso al final se dice, y ¿qué historia prefieres?, la del tigre, y seguidamente dice, y así es con Dios.

    Toda la película busca, promueve, pretende lo mismo desde el arranque con la confrontación del padre ateo, y de forma esteticista, simbólica, metafórica, infantil, divertida, sentida, afectada, iniciática, relamida y lírica. Toma claro partido por lo trascendente, y creo recordar que incluso Obama llegó a decir que eres la película que demostraba la existencia de Dios. ¡Madre del amor hermoso!

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  6. "Toda la película busca, promueve, pretende lo mismo desde el arranque con la confrontación del padre ateo, y de forma esteticista, simbólica, metafórica, infantil, divertida, sentida, afectada, iniciática, relamida y lírica. Toma claro partido por lo trascendente [...]"

    Otro que no se ha enterado de nada y que además de dejarse engañar por el aparente misticismo de la película, intenta explicarla cayendo en un laberinto de pedantería. Vaya par de soberbios.

    Tal para cual, eso sí que os lo reconozco.

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  7. Se puede argumentar de forma simple, pedante, espumosa o grosera, pero al menos se argumenta. Tú, Leónidas el fatuo de Arimatea, solo escribes para epatar, para posicionarte sin dar razón, tan solo quitarla. Eso se llama en mi tierra ser un pretencioso. Pero qué más da, si te viene bien para liberar toxinas pues tienes todo mi apoyo. Cuídate listillo.

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  8. Por cierto, como me vengas diciendo que te ha gustado esta mariconada sobre la fe y la lucha existencial en colorines, con nene indu y barquita, un chaval tan machote y chuleras, es que estas hecho una mamá.

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  9. Hombre, Martínez, gusto de verte. Y más así, en plan guerrillero.

    Yo a lo del Pi este, por mucho que diga Kowalski, no termino de verle su aquél. Es una peli entretenida, con unos efectos especiales impactantes, pero bastante petardilla. Pero bueno, para gustos, colores.Si a él se le ha aparecido la virgen viéndola, pues ole ahí esa aparición mariana. Qué coño!

    De todas formas Kowalski lleva una temporada un poco raro. Yo lo he atribuido a problemas digestivos, que son muy jodidos, aunque también podría ser cualquier otra cosa. A las tías cuando nos ponemos así nos dicen que es la regla o la menopausia pero claro, con él eso de momento está descartado. En fin, vete tú a saber.

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  11. Es decir, que tú intuyes que el bueno de Leónidad tiene diarrea. No sé, no tengo el más mínimo interés en conocer cual es el estado de su aparato digestivo, pero si observo una notable diarrea mental crónica. Es el típico caso del que sabe poco y comprende menos, pero cree el chaval que se entera de las cosas y los demás somos como él. E imagínate lo que a ti y a mi nos importa lo que el bueno de Leónidas haya entendido sobre "La vida de Pi", pues somos muchos, entre ellos el autor de la novela y el director, los que opinamos distinto. Un abrazo y cuídate mucho Inma, y gracias por alegrarte de verme.

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  12. A ver, par de perturbintos, sin ánimo de parecer amenazante os tengo que advertir que me estáis cabreando tanto que estáis incurriendo en el serio riesgo de que os explique la película, haciendo hincapié en ese final que no habéis pillado. Si me contengo (por ahora) es porque no quiero humillaros demasiado.

    Pero no abuséis de mi magnanimidad.

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  13. Eres como un niño en general, pero especialmente cuando asomas las orejitas a modo de ansias infantiles de humillar a los demás al creerte más listo que el resto. Y no solo es que te lo creas, es que necesitas mostrarlo, en realidad mostrártelo a ti mismo. Eres un chaval inseguro, sin duda.

    Y sí, humíllanos hasta los límites más insospechados dando luz a nuestra incapacidad para comprender el final y por ende la película. No te contengas, derrama tu intelecto y lo mismo descubrimos a un ser superior.

    Como sé que te encanta la pedantería, te diré que eres como un sabio prócer poseedor de la verdad infinita, Pigmalión de ayunos e ignorantes, caballero de la muy noble y exclusiva orden opinante, impoluto príncipe del intelecto y la razón, mago de la erudición y la ilustración, te has parado a pensar por un instante, sin que ello suponga la más mínima pérdida de tu preciado tiempo, en que tu visión es una visión y la de los demás son otras visiones. No te preocupes, ya sabemos que solo hay una visión, solo hay una interpretación, solo hay una interpretación... El dogma de Leónidas de Arimatea, el listillo de la clase.

    Un fuerte abrazo y abusando de tu magnanimidad muéstranos el camino de Pi.

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  14. Pero es que hay que ser gilipollas, y hay que ser fatuo para escribir algo mal como esto: "Y sí, humíllanos hasta los límites más insospechados dando luz a nuestra incapacidad para comprender el final y por ende la película". Me recuerdas a Javier Marías... Y por ende (juas juas juas) a todo mal redactor con ínfulas de literato.

    Y llegados a este punto, par de personajes, me temo que no podríais aceptar con humildad la explicación del final de esta grandísima obra de arte que estamos discutiendo. Pero eso sí, os ruego que la volváis a ver (dejando al margen los efectos que tanto os han encandilado y las ideas religiosas que tanto os ciegan aunque os consideréis ateos). Pensad, queridos, pensad. Y si pensar os duele demasiado, ¡prestad atención a los diálogos finales, joder!

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  15. ¡Coño!, Javier Marías... , gracias hombre pues algunos lo consideran un grandísimo escritor, si bien muchos puristas hablan del mal uso que hace de la gramática y otras cuestiones más o menos ciertas, como el uso de adjetivaciones impropias. Y si yo soy un gilipollas por escribir así, lo cual es altamente probable, tú eres un soberano gilipollas sencillamente por ser como eres, esto es, un auténtico gilipollas en toda regla. Deberías de ir a un centro de estudios mentales y de comportamiento con el objeto de analizar tu mente y actitud, pues podrían nombrarte el gilipollas tipo o estándar. Y me encanta que te piques chaval, pues eso significa que te estoy tocando donde tú mismo sientes que tienes el problema. Supongo que ya sabrás que tienes un problema, ¿no? Eso ya es un notable avance. Quiero que sepas que yo pretendo tu bien y que tengas una evolución favorable, y la mejor manera de hacerlo es emergiendo la realidad, tu realidad y problemática.

    Te puedo asegurar que aceptaría de corazón y con total humildad la explicación del final de esta “grandísima obra de arte” sobre la que estamos discutiendo. Piensa que soy un amante del cine desde “mi más tierna infancia” (seguro que te gusta mi pedante y trasnochada frase), y si alguien ha visto algo donde yo no, pues se lo agradecería. Hay gente que en el final de Ran ve que al ciego lo salva Buda representado en esa lámina asida a su mano, cuando en realidad no es así ni por asomo, y termina con el hombre frente al acantilado, frente a caos, solo como siempre vino al mundo. En serio, y creo que notarías el diferente tono, deja de hacerte de rogar y danos esa lectura. Insisto, hablo en serio, pues seguro aprendemos. Lo que también espero es que seas capaz de aprender cuando te toque y no vayas siempre con ese aire que es irrespirable. Por cierto, voy a empezar a leer tu blog y espero que me sorprendas, aunque la presentación e intenciones son algo alocadas. Eso está bien. Ya comentaré algo en él. Cuídate campeón y no te enfades tanto que la vida son dos días y hay que pasarlos lo mejor posible y, sobre todo, nuestra amiga Inma se merece más respeto y menos testosterona, pues para irrespetuosa ella y para hormonas las chicas, a veces.

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  16. No te sulfures, Vergazo, que yo te quiero mucho, y además me da la risa floja.

    En septiembre estaré de vacaciones, y es casi seguro que podré encontrar dos o tres días para leer tu comentario.

    Besitos miles.

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  17. Adiós cariño, que te lo pases genial y que descubras tu yo interior. Ya añoro tu retorno retoño.

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