miércoles, 10 de febrero de 2016

Nunca te prometí un jardín de rosas, by Anthony Page

Podríamos decir que esta película de sugerente y afortunadísimo título es la representación de la esquizofrenia contada por una esquizofrénica. O la locura contada por una loca. De hecho es así, puesto que se basa en la novela autobiográfica de Joanne Greenberg, una mujer aquejada por esta terrible enfermedad mental que cuenta con todo lujo de detalles su experiencia.

Muchas de las circunstancias y las situaciones que aparecen en la película recuerdan a ese otro film prodigioso que narra la vida del matemático John Nash, “Una mente maravillosa”, donde también el protagonista tiene que luchar duramente contra las voces y los fantasmas que habitan en su atormentada psique.

Anthony Page nos muestra en la película perfectamente lo duro que es el dolor emocional que padecen estas personas y cómo esos laberintos que se crean en sus mentes, esas dobles vidas imaginarias, no son más que una forma retorcida de huir del dolor emocional.

Hay una escena preciosa y durísima al mismo tiempo en la que la protagonista se quema el brazo con un cigarrillo y empieza a gritar de alegría, porque por primera vez ha sentido dolor físico. Es decir, lo hacía porque era incapaz de sentir la quemadura y su cura empieza en el mismo instante en el que ese dolor por fin aparece y eso la convierte en una persona “normal”.

Otro momento mágico es el del partido de béisbol, cuando las dos compañeras de la clínica, ya libres, comprueban que la felicidad puede consistir sencillamente en hacer lo que hacen las personas normales.

Magistral y conmovedora la interpretación de Kathleen Quinlan e igualmente maravillosa la presencia de la guapísima Bibi Andersson en el papel de psiquiatra que se implica a muerte en el caso de su joven paciente para intentar apagar esas voces que la atormentan y salvarla de su enfermiza mente. Destacar también el fantástico elenco de actrices secundarias que interpretan magníficamente al resto de locas. La verdad es que el responsable del casting se merece un inmenso y caluroso aplauso que desde aquí aprovecho para darle.

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