miércoles, 22 de junio de 2011

American Graffiti, by George Lucas

Lo bueno de ver este tipo de películas es que una se da cuenta de que ser adolescente siempre ha sido igual de absurdo y gilipollesco y que la adolescencia es una fase que inevitablemente hay que pasar en la vida pero que cuanto más se acorte y más rápidamente se supere mucho mejor.

Qué hago-qué no hago, qué quiero-qué no quiero, qué estudio-qué no estudio, voy-vengo, mequiere-nomequiere...? En fin, ésas y otras cientos de preguntas borderline, que son las mismas que antes se hicieron sus padres y abuelos y que luego se harán sus hijos y nietos, se hacen los adolescentes de esta película. Todo ello mientras hacen carreras de coches en las que se juegan su vida y la de todo el que tenga la desgracia de cruzarse con ellos, se emborrachan profusamente y dan sus primeros pasitos en el mundo del sexo de asiento-de-atrás. En definitiva, superestimulante.

Es una buena película? Pues supongo que, al estar rodada en los 70, pretendía hacer una especie de revisión nostálgica de la década anterior. A la gente que vivió su juventud en los 60 probablemente le encantaría. Hoy queda un poco como pieza de museo. Es verdad que la música mola, y los coches y la estética rockabilly y todo eso le da un valor pero también es verdad que para mí no deja de ser una película más de adolescentes hipertestosteronizados y que en absoluto me parece, como he leído por ahí que ha sido catalogada, una de las 100 mejores películas de la historia del cine. Vamos, ni de coña. En todo caso podría ser una de las 500.000 mejores películas de la historia del cine, y probablemente estaría la segunda o la tercera por la cola. No es que los años la hayan tratado mal; seguramente habrán sido los fines de semana.

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