La persona que me recomendó ver esta película me dijo que debía verla con ojitos enamorados. Eso ya me mosqueó porque ni todo el mundo que está enamorado ve las cosas igual ni automáticamente al enamorarse la gente se vuelve aficionada al cine japonés. Pero en fin, acepté el reto.
Más tarde leí en algunas críticas que para disfrutar de esta película había que tener un estado de ánimo de "suave melancolía" y que no gustaría nunca a nadie que estuviera en estado de "clara alegría". Pues ya la hemos cagao. A ver en qué quedamos. Porque si uno está enamorado, que se supone el estado ideal para ver esto, es evidente que tendrá por lo menos cierta alegría, lo cual choca frontalmente según este otro señor con el disfrute de esta película.
En fin, me gustaría decirle a la persona que me la recomendó, que visita asiduamente este sitio, que yo tanto si estoy enamoradísima como si no jamás en la vida voy a disfrutar de este tipo de películas. Por lo que le pido encarecidamente también que no me recomiende más de esta cuerda. Por favoooooooooor!
Y el caso es que me lo estaba temiendo. Cuando empecé a leer críticas y me topé con expresiones del tipo "poesía visual" o "belleza estética impresionante" ya me di cuenta de que esto no iba a funcionar. Sinceramente yo soy muy poco sensible para la poesía visual, no soy susceptible al encanto de la poesía; lo mío es más lo narrativo. Y qué quieres que te diga, en esta historia lo narrativo brilla por su ausencia.
La pareja atada son muy simpáticos los dos; reconozco que la chica, Miko Kanno, es monísima y da un montón de lástima verla arrastrarse como un alma en pena enganchada a su novio. Y ya sobre todo en los últimos fotogramas, en mitad de la nieve... da muchísimo frío y muchísimo repelús. Pero nada más. Yo al ver a estos dos recorriéndose todo Japón con la cuerdecita roja atada a sus cinturas lo que me entraba es una pereza que te cagas.
Y de la misma manera que nunca entendí por qué Forrest Gump corría sin parar jamás entenderé por qué este muchacho le pega ese tute de andar a su chica en plan "vamos a hacer un poquito de senderismo, nena, a ver si así la perola se te vuelve para su sitio". Por favooooor, deja a esa muchacha en el frenopático tranquilita y dedícate tú solito a recorrer el mundo, so cabrón!
Y lo de la pareja de viejecillos tampoco me dice nada porque para eso aquí tenemos a nuestra propia Penélope, con su bolso de piel marrón y sus zapatos de tacón y su vestido de domingo, esperando en el andén al señor ese que se fue y la dejó de aquella manera. Yo me quedo con nuestra Penélope y a esta señora japonesa con su fiambrerita para el novio perdido y hallado le digo que no le llega a nuestro especimen local ni a la punta de la alpargata.
Y bueno, ya de lo de la cantante pop con el ojo tapado y del fan ciego para qué vamos a hablar. Solo escuchando el temita Ma-Me-Mi.-Mo-Mu con el que la colega fue hit en los 40 principales japoneses se puede hacer el personal una idea de la clase de amor que puede derivar de ahí. Si lo traspasamos a nuestra historia local podría ser perfectamente Ylenia la de Gran Hermano y uno de sus fervientes admiradores. Takeshi Kitano, hasta nunquiiiiiii!
No, cariño, vida, corazón, cielo. Yo cuando me enamoro nunca me hago harakiris mentales. Y la poesía visual sin historia chula detrás me sigue pareciendo un puto coñazo. Y el Takeshi Kitano este me parece el tío más pretencioso y más tonto del mundo mundial. Ah, y el teatro de marionetas japonés me da un repelús que te cagas, ni lo entiendo ni tengo mayor interés en entenderlo. Prefiero mil veces a Lina Morgan, y con esto lo digo todo.
No, cariño, vida, corazón, cielo. No soy una tía supersensible disfrazada de cardo borriquero. Soy un auténtico cardo borriquero, y mi sensibilidad para esta clase de cosas no existe ni va a existir jamás. Por favor por favor, no me recomiendes más pelis de estas. Te lo prometo, que soy muy bruta.
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ResponderEliminarSí, si fueras plato serías un potaje. Pero ¡ojo! que los potajes están buenísimos. Por otro lado la pelicula es una maravilla y sí, efectivamente, de un lirismo visceral y de unos "fantasmas vs amantes" que ya no caben en este mundo. Lástima. Yo es que si fuese plato sería tartar de atún rojo asomatizado con humo de selva y espuma de arándonos de bosque templado.
ResponderEliminarMartínez, por qué has borrado tu primer mensaje? es que me ponías como un trapo y luego te has arrepentido de tu "visceralidad lírica"? Jajajajaja!
ResponderEliminarEn serio, Martínez, a ti lo de los dos novios con la cuerdecita roja pegando trompicones y enganchándose con todo por ahí te ponía? No te tenía yo a ti por lírico-rarito, fíjate.
Martínez, has visto una peli india que se titula "The Lunchbox"?
ResponderEliminarY la japonesa "Castaway in the moon"?
A mí ese cine sí me llega.
Si no las has visto tienes que verlas. Estoy segura de que te encantarán.
En esencia en el mismo mensaje, solo que con menos errores. Tomo nota, has visto Deseando amar?
ResponderEliminarLe tengo miedo a Wong Kar-Wai. Ya solo el nombre me echa para atrás.
EliminarNo, en serio, esa es una peli que he visto empezada un montón de veces. Y siempre me quedo fascinada con la tía, con los modelazos que lleva (hosssstia, que pasada), con sus andares, con su elegancia natural... pero nunca ha conseguido engancharme como para verla entera.
La tengo catalogada como película estilosa y glamourosa pero narrativamente pobre.
Igual un día me pongo y lo flipo, no sé. A mí me dan esos voluntos de vez en cuando.
Perfecto. Hay una cosa clara, a estas alturas pretender cambiarte es una misón sencillamente estúpida. Y, por otro lado, no quiero que cambias en nada. Me encantan los potajes. Cuídate princesa y dile a tu "mario" que te te cuide aún más.
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