martes, 10 de noviembre de 2015

Posdata: Te quiero (P.S., I love you), by Richard LaGravenese

Esta es la terrorífica historia de un marido petardo y coñazo como pocos he visto yo antes. Esa clase de marido que no te deja en paz ni muerto, y nunca mejor dicho. Los hay que se les aparecen a sus viudas en sueños, los hay que se convierten en fantasmas, y los hay, como este, que, sabiéndose condenado, planifica su post-muerte para seguir incordiando a su señora con cartitas de amor en las que le va diciendo encima lo que tiene que hacer: ahora te compras un vestido mono y te vas de compras con tus amigas, ahora te vas al karaoke y tienes que cantar tal canción (que ya es putada); ahora te coges a tus colegas y os vais a un viajecito a Irlanda que yo os he pagado con antelación (debo reconocer que de todos los planes post-mortem que le monta el difunto a su viuda a mí este detallazo es el que más me ha molado). Y hasta le dice el colega cuándo le da permiso para olvidarlo y buscarse otro maromo, que ya hay que tener mala follá.

Pero lo peor de todo es que la madre de la muchacha contribuye al complot y es la cómplice secreta del difunto. Cómo te lo comes? Qué clase de madre le haría algo así a su hija? Yo desde luego nunca le podría perdonar a la mía si me hiciera una putada así.

Para colmo de despropósitos Hilary Swank, que a todo esto se tira viviendo del cuento casi un año después de la muerte del marido (suponemos que le habrá quedado una buenísima pensión porque la muchacha decide no dar palo al agua), se propone hacerse diseñadora de zapatos, a lo Louboutin, y para ello hace un cursillo y la paya se dedica a diseñar los zapatos más horrorosos de la muerte que yo haya visto jamás, que en lugar de zapatos parecen jarrones de porcelana. Por dios, y que haya tías dispuestas a ponerse esas cosas en los pies! En fin, el sofocón estético que te llevas no tiene nombre.

Y qué me decís de las amigas de la colega? No os digo más que una de ellas se dedica a preguntarle a todos los tíos que conoce así a bote pronto: “Estás casado? Eres gay? Trabajas?” Y ya sí todas las respuestas son positivas hace la prueba de fuego, que es darse un morreo con el tipo y si le gusta se lo queda y si no da media vuelta y se las pira. No sé yo si esta clase de personajes tipo “Sexo en Nueva York” es que le molan a alguien, es de suponer que a las tías, porque estos productos pseudofeministas e hiperglucémicos suelen ir dirigidos a ellas, pero yo no conozco a ninguna tía que vaya de ese palo ni que le apeteciera ir. Richard LaGravenese, te has lucido, tío.

Lo único que se salva de la peli es el viaje a la vieja Irlanda, las imágenes del paisaje irlandés y el tío buenorro que la colega se liga por aquellos parajes, que encima la hijaputa tiene una suerte de la hostia y va dando de tío bueno en tío bueno, encima listos, sensibles, amables, divertidos. Hosssstia ya! Todos los cachas con los que la tía se cruza se quedan prendadísimos de ella, por no hablar de que no conoce ni a un solo tipo normalito, digamos, a un americano medio o a un irlandés medio, con su tripita y su medio calva y sus defectillos. Y tampoco es que Hilary Swank sea Miss Mundo, vamos, digo yo.

En fin, que pensándolo bien, con tanta potra para conocer tíos guapos, simpáticos, listos y estilosos, se tiene bien merecido lo del marido pelmazo más allá de la muerte. Mira, por lo menos que la tía tenga que cargar con su cruz como cualquier hija de vecina. Aunque lo peor de todo es que la fulana encima está encantada con lo de las cartitas de ultratumba del difunto. Te digo yo a ti que los americanos están como una puta chota.

1 comentario:

  1. Recuerdo que lloré con esta película. Y eso que yo no soy de llorar. Y es raro, pues este tipo de dramas sentimentales-parejiles en principio no es mi opción favorita para ver.

    Me pareció muy intensa y realmente triste. Le puse un 7, creo.

    ResponderEliminar