martes, 24 de noviembre de 2015

Si de verdad quieres..., by David Frankel

Hacía mucho tiempo que no pasaba yo tantísima vergüenza ajena viendo una película. Tanto es así que no he podido soportar verla hasta el final. La imagen de Meryl Streep intentando hacerle una mamada a su marido, la primera de su vida, después de 30 años de matrimonio, en un cine mientras ven "La cena de los idiotas" ha sido tan espeluznante que he tenido que cerrar los ojos como si estuviera viendo una de terror. Y he notado además un calorcillo en mis mejillas que solo podía significar intenso enrojecimiento cutáneo.

Madre mía, qué vergüenza!  Os cuento, ávidos cinéfilos que buscáis mi asesoramiento: Típico matrimonio de cincuentones (aunque tanto Streep como Tommy Lee Jones tiran más para la sesentena, casi que rozando la setentena) que, oh cielosssss, QUIEREN RECUPERAR LA PASIÓN PERDIDAAAAAA!  Bueno, más que nada la tía, porque el señor está más a gusto que un marrano en un charco y no echa en falta en su matrimonio nada de nada. Pero bueno, a ella le da por mirar parejitas jóvenes y ponerse a comparar. Ay cielos, ya ahí tenía que haber cambiado de canal. Y la tía empieza con la paranoia de "quiero recuperar mi matrimonio, quiero que seamos como antes, quiero que me desees como antes, quiero que me mires como antes". Por favoooooooooorrrrrrr!

Y claro, se van a un terapeuta sexual, que no es otro que el inefable Steve Carell. Cágate lorito. Y ya ahí con los consejos del terapeuta el ridículo alcanza proporciones mastodónticas. En fin, el caso es que cuando yo leí de qué iba la peli, pensé, ingenua de mí, que le iban a echar una mijilla de cachondeo al tema, que se iban a descojonar del terapeuta y de la parejilla de maduritos en busca de la pasión perdida y punto. Ayyyyy pero nooooooooooo. Que no es de cachondeo, que de verdad se toman en serio eso de que estos dos vejestorios RECUPEREN LA PASIÓOOOOOOOON!

Y la supuesta gracia de la película estaría en que una tía que jamás ha hecho una felación, ni se ha masturbado... en fin, una tía de lo más pacata y raruna, de repente se ponga a hacerle una mamada a su marido en un cine porque se lo recomienda un consejero matrimonial. Y ahí fue cuando tuve que cambiar de canal porque mi rubor alcanzó proporciones alarmantes.

Qué cutrerismo de película, virgen santa! Y Tommy Lee Jones, ese pedazo de actorazo, Dioooos mío, qué hace aquí? Porque la Streep ya sabemos que es ubicua, que está en todas partes; y Carell también se apunta a un bombardeo si hace falta. Pero Tommy, tú no, tú no tenías necesidad de esto. Siempre hay tiempo para hacer mamarrachadas cuando ya estés en las últimas, hombre.

En fin, luego una se entera de que el David Frankel este es el mismo de "El diablo se viste de Prada", y claro, todo se explica. A este tío le va extraer lo más ridículo y lo más gilipollesco del ser humano hasta hacer enrojecer al más pintado. Pero a mí por lo menos ya no me pilla más.


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