Por una de las escenas más eróticas que yo he visto en el cine: el lanzamiento de cuchillos en el vagón. Solo comparable a las de los lavados de cabeza en “El marido de la peluquera”. Leconte, gran maestro del erotismo.
Por una frase inolvidable: “No se deprima, amigo. Solo tiene que encontrar una noche en un puente a una chica de ojos grandes y tristes”.
Por la magnífica fotografía en blanco y negro de Jean Marie Dreujou.
Por los puentes desde los que se arrojan los suicidas desesperados.
Por la magia, por los magos que se encuentran por la vida.
Por los maravillosos primeros planos de Vanessa Paradis.
Por los ojos cálidos y acogedores de Daniel Auteuil.
Por los encuentros afortunados.
Por los buenos amantes.
Por la buena música.
Por la buena suerte.
Por el buen cine.
Por una frase inolvidable: “No se deprima, amigo. Solo tiene que encontrar una noche en un puente a una chica de ojos grandes y tristes”.
Por la magnífica fotografía en blanco y negro de Jean Marie Dreujou.
Por los puentes desde los que se arrojan los suicidas desesperados.
Por la magia, por los magos que se encuentran por la vida.
Por los maravillosos primeros planos de Vanessa Paradis.
Por los ojos cálidos y acogedores de Daniel Auteuil.
Por los encuentros afortunados.
Por los buenos amantes.
Por la buena música.
Por la buena suerte.
Por el buen cine.
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