martes, 5 de abril de 2011

La ola, by Dennis Gansel

La bola, diría yo. Eso es poco más o menos lo que nos quiere meter el tío este, una bola como una casa.

Hay que decir que la idea es buena: un experimento en clase para demostrar a los alumnos que es fácil sentirse arrastrado por el grupo, cuando es compacto y te da calor y protección, y terminar rechazando todo lo que sea diferente. Que es fácil llegar a una autocracia cuando las condiciones sociales son difíciles y la gente necesita principios y dogmas a los que agarrarse, junto con sus rituales correspondientes y sus símbolos. Pues sí, este mensaje es claro y creo que poca gente podría cuestionarlo. No hay más que ver cómo aumenta la xenofobia en cuanto empieza a haber problemas de paro en un país y cómo la peña se aferra al primer demagogo que pasa y empieza a hablar de nacionalismo y expulsión de inmigrantes.

Ahora bien, que un profesor, por muy molón que sea y por mucho que se lo curre, sea capaz de montar una organización fascista con un montón de fanáticos seguidores en una hora de clase durante cuatro días ya es más complicado de creer. Tal vez un trimestre, o un curso entero hubieran resultado medianamente creíbles, pero hombre, en cuatro días? Claro que a este hombre, exceptuando un par de rebeldes, se le rinden todos a los cero coma segundos. Parece que hubieran estado deseando toda su vida que llegara alguien y les diera un par de órdenes y los pusiera más derechos que una vela.

En fin, película cargada de buenas intenciones, con un mensaje un tanto perogrullil, pero falsa y tramposa como ella sola.

Y los chavales de la peli no padecen un entrenamiento mucho más fascista que el que puede haber recibido cualquier miembro de los boy scouts. Hombre, para convertir a la gente en autómata y ciega seguidora de un iluminado me parece a mí que hace falta echarle un poco más de cuento a la cosa. Pienso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario