sábado, 30 de abril de 2011

Mr. Brooks, by Bruce A. Evans

Personajes:

1. Un asesino en serie con vocación pedagógica que lleva durante sus andanzas criminales a una especie de becario al que le va enseñando los trucos del oficio.

2. El becario en cuestión. Un tipo que solicita los servicios como profesor y guía espiritual del serial killer para que le instruya en el difícil arte del asesinato.

3. Un alter ego del asesino que va también siempre con él durante sus sangrías (podemos comprobar que este asesino en serie está de lo más entretenido en sus correrías) y que es un auténtico coñazo. No para de hablar ni un momento, hasta el punto de que una no sabe cómo puede concentrarse el serial para ejecutar sus acciones. Llega un momento en el que consigue darnos hasta pena porque a nadie le gusta que en su trabajo haya alguien todo el día dándole la brasa, que si esto lo estás haciendo mal, que si piensa en aquello, que si qué vas a hacer luego. Tío, cállate, coññño, y déjame matar a la gente tranquilamente, joder.

4. Una policía multimillonaria heredera de un imperio financiero y empresarial  que va apatrullando la ciudad en pos del criminal éste por amor al arte. Sí, no es coña, lo juro. El papel éste lo interpreta Demi Moore in person. Aparte de lo excéntrico de este comportamiento de currar por gusto, nos enteramos de que la policía se está divorciando de un chulazo con el que se casó y que pretende sacarle una nada despreciable cantidad. Esta trama paralela, que no tiene absolutamente nada que ver con la principal, la del serial, nos tiene entretenidos algo así como la mitad de la película, cosa muy de agradecer porque es el único rato en el que se mantiene callado el coñazo del alter ego.

5. La señora y la hija del asesino. A estas dos las meto en un mismo pack porque cada una por su lado tienen tan poca sustancia que sólo formando un conjunto, que podríamos llamar "The killer family", merece algo la pena mencionarlas.

Y con esto y un bizcocho se monta el tal Bruce A. Evans éste una paranoia de toma pan y moja y nos tiene más de dos horas viendo alucinados cómo este multitudinario grupito criminal se pasea por la ciudad eligiendo víctimas y diseñando estrategias, mientras nos desvelan los misterios de la profesión. Luego se mete una a ver la trayectoria de este director y comprueba que sólo ha hecho otra película, además de ésta. Hace nada más y nada menos que 20 años. Tal vez esta prolongada inactividad cinematográfica ayude a entender cómo ha podido perpetrar este delirante patatón

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