martes, 19 de julio de 2011

Bon Appétit, by David Pinillos

Después de la racha que llevo de películas o bien directamente vomitivas o bien decepcionantes creí haber encontrado el antídoto perfecto. "Bon appetit" va de uno de mis temas favoritos, fogones y cacerolas, wawwwwww! Y por muy bodrio que pueda ser por lo menos me regalaré la vista viendo primeros planos de acogedoras cocinas y maravillosos platos que serán el reconstituyente ideal para mi maltratado y dolorido espíritu cinéfilo.

Lo conseguí?  Tachán tachán!!!! Síiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii! No eran sólo fogones y cacerolas y platos maravillosos; además la prota era sumiller! Y aquí entroncamos con otro de mis temas favoritos: los vinos. Joder, lo hemos cuadrao!

Pero aún hay más; la historia transcurre en Zurich... y en Zurich todo el mundo va en bici!!!!! Bicis por todas partes, a todas horas, en todas las ocasiones y de todos los estilos. Dios mío, esta peli está diseñada específicamente para mí. Este tío, Pinillos, es mi alma gemela.

Pero aún queda lo mejor: la historia. Porque sí, mucho fogón, mucha cazuela, mucho vino y mucha bici, pero si falla la historia... qué hacemos? Pues la historia no falla; es preciosa, es perfecta. Va sobre esa frontera difusa que a veces confundimos entre la amistad y el amor, pero a diferencia de otras pelis sobre lo mismo, aquí nadie engaña a nadie y todos son un poco cabrones y un poco buena gente. Los malos y los buenos se difuminan en un amplio espectro y al final queda lo básico, que cuando se quiere se quiere y cuando no, pues no se quiere. Por más que lo intentes.  Por más que sería lo mejor para ti. Pero no. De eso va esta historia. Y sí, me ha curado. Ya casi ni me acuerdo de "Trainspotting".

Ah,  y Zurich es preciosa, un día de éstos tengo que pasarme por allí. Con mi bici.

No hay comentarios:

Publicar un comentario