lunes, 25 de julio de 2011

Rabia, by Sebastián Cordero

- María, mi amor, pero dónde está usted?

- Estoy muy cerca de usted, Rosa. Sepa que no está sola y que yo la amo.

- Pero María, mi amor, yo necesito verlo.

- No, Rosa, mi amor, eso no puede ser. No puedo verla pero usted tiene que sentir que yo estoy ahí.

- Pero María, mi amor, yo tengo que hablarle, hay cosas importantes que tengo que decirle.

- Pues dígamelas, estoy aquí, mi amor.

- Aquí dónde? María, tiene que decirme dónde está. Usted no sabe lo sola que me siento.

- Sí, lo sé, mi amor, pero no se sienta usted sola. Yo le hago compañía. Es que no siente mi presencia?

- Pero María, mi amor...

Y así unos 95 minutos aproximadamente.

Y un gasto en teléfono completamente tonto que clama al cielo. Resulta que María (que no es una tía, sino un tío) está escondido en la habitación de arriba y Rosa en la de abajo. Claro, como el teléfono no lo paga él! Así cualquiera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario