- María, mi amor, pero dónde está usted?
- Estoy muy cerca de usted, Rosa. Sepa que no está sola y que yo la amo.
- Pero María, mi amor, yo necesito verlo.
- No, Rosa, mi amor, eso no puede ser. No puedo verla pero usted tiene que sentir que yo estoy ahí.
- Pero María, mi amor, yo tengo que hablarle, hay cosas importantes que tengo que decirle.
- Pues dígamelas, estoy aquí, mi amor.
- Aquí dónde? María, tiene que decirme dónde está. Usted no sabe lo sola que me siento.
- Sí, lo sé, mi amor, pero no se sienta usted sola. Yo le hago compañía. Es que no siente mi presencia?
- Pero María, mi amor...
Y así unos 95 minutos aproximadamente.
Y un gasto en teléfono completamente tonto que clama al cielo. Resulta que María (que no es una tía, sino un tío) está escondido en la habitación de arriba y Rosa en la de abajo. Claro, como el teléfono no lo paga él! Así cualquiera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario