lunes, 11 de julio de 2011

Grandes esperanzas, by Alfonso Cuarón

Estéticamente impecable, eso es verdad. Tan estéticamente impecable como argumentalmente aburrida. A ver cómo os resumo yo el truño éste:

Ésta es la historia de un tipo completametne colgado de una tía que pasa olímpicamente de él y que le rompe el corazón. Ohhhhhhhh!

No, espera, tengo otra mejor. Ésta es la historia de una calientapollas vocacional que trae a maltraer a un pobre gilipollas que se encoñó de ella a la tierna edad de 10 años por un par de lengüetazos que se pegaron debajo de un chorro de agua.

No, mejor aún. Ésta es la historia de una tomadura de pelo disfrazada de versión libre y modernizada de una novela de Carlitos Dickens.

Qué va qué va, me quedo con ésta. Es la historia de una imbécil que estaba en su casa tranquilamente y tenía un montón de cosas divertidas que hacer pero prefirió tragarse un truño de campeonato en el que una tía se pasa todo el tiempo toreando magistralmente a un cabestro de cuidado. Ésta es la que más me gusta, y además como estamos en plenos sanfermines viene que ni pintá.

Pero la de la tomadura de pelo también vale. Vale, Cuarón, te has quedado conmigo.

Eso sí, para los tíos y las bollos: Gwyneth Paltrow está muy buena, eso no se le puede negar.

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