miércoles, 21 de agosto de 2013

El apartamento, by Willy Wilder

"El apartamento" es un tratado de sabiduría universal sobre 3 temas trascendentales que preocupan y han preocupado desde el principio de los tiempos profundamente a la humanidad. A saber:

1. LOS NIDOS DE AMOR. Según encuestas recientes un alarmante porcentaje de la población mundial tiene como principal preocupación encontrar un nidito de amor discreto y asequible para poder engañar confortablemente a sus parejas, muy seguido de la segunda gran preocupación: encontrar un amigo coartada fiable que les sirva de parche para sus encuentros clandestinos. Wilder aprovecha este interés colectivo para captar adeptos e incondicionales a su obra más emblemática.

2. EL PELOTILLEO. Cómo ser el empleado más servil sufriendo mínimamente el impacto ambiental del desprecio de los compañeros. El pelotas vocacional se ve impulsado por sus instintos más primarios a arrastrarse vilmente hasta extremos vomitivos, pero tiene que redimirse de alguna manera cara a la sociedad. La redención vendrá de mano del amor, como casi siempre, en este caso centrado en la figura de la ascensorista amante del jefe. Lo que nos lleva directamente al tercer tema trascendental. 

3. LAS CONVERSACIONES DE ASCENSOR. Qué decir cuando se coincide con un vecino o un compañero de trabajo en el ascensor. Desde que el mundo es mundo ésta es una de las principales preocupaciones del ser humano, muy especialmente en los rascacielos, en los que hay personas que pueden pasar perfectamente y sin exagerar varias horas al día subiendo y bajando de un piso a otro. Encontrar temas de conversación versátiles, medianamente originales y que no resulten cansinos es un verdadero arte al alcance de pocos privilegiados.

En definitiva, Billy Wilder encuentra en "El apartamento" la forma de concentrar sus enseñanzas sobre estos tres asuntos de máximo interés general de una forma amena, ligera y divertida. Contribuyen en gran medida los excelentes trabajos de dos de sus actores favoritos: Lemmon y MacLaine. Son muchas las generaciones que han aprendido gracias a "El apartamento" a engañar a sus cónyuges con soltura, a pelotillear a sus jefes con habilidad y a encandilar a sus vecinos con inolvidables y fascinantes conversaciones de ascensor. Gracias, Billy. Sólo tú podías hacerlo.

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