lunes, 7 de octubre de 2013

Destino oculto, by George Nolfi

Saben aquél que diu que estaba Dios aburrido tocándose los huevos y de repente se dijo: “Qué coño, voy a entretenerme un rato jodiéndole la vida a alguien”.

Pues sí, la teoría de George Nolfi es que Dios es algo así como el director general de una gran corporación, y los ángeles serían algo así como sus empleados. Y Dios no tiene otra cosa que hacer que tocarle las pelotas a la peña con la inestimable ayuda de sus celestiales esbirros. La verdad es que se parece bastante a la idea de Dios que yo tengo, a la vista de cómo va el mundo.

En fin, os cuento. Resulta que Matt Damon está predestinado a ser presidente de los USA y cambiar el mundo, y claro, al muchacho le gusta Emily Blunt pero el Mister opina que una novia le distraería de este designio divino y perjudicaría seriamente sus planes, así que no ve otra opción que mandarle a Damon un equipo de angelitos para joderle la marrana e impedir su ayuntamiento con la bella Blunt.

Y ahí que te ves a los ángeles, en plan “Los hombres de Paco”, echándole una mala leche al asunto que pa qué. Los ángeles son de varios tipos; algunos, los menos, tienen un pelín de escrúpulos y se limitan a provocar accidentes de tráfico, esguinces de tobillo y menudencias por el estilo, pero hay otros que, vaya tela, son auténticos cabronazos. Vamos, que con tal de impedir que la parejita se ajunte son capaces de auténticas marranadas de proporciones mastodónticas. Unos hijoputas de mucho cuidao.

Mientras veía la película había una pregunta que me venía una y otra vez a la cabeza: cómo podían los actores soltar sus demenciales diálogos sin descojonarse. Y cómo es posible que Matt Damon, un tío que seguro que tiene ofertas de sobra y al que no le falta el curro… cómo pudo aceptar este papel. Porque Emily Blunt igual no está tan solicitada y, mira, la pobre tiene que hacer cualquier cosa para ganarse las habichuelas, pero Damon… Damooooon, en qué coño estabas pensandoooooo.

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