martes, 29 de octubre de 2013

Pagafantas, by Borja Cobeaga

Como a estas alturas todo el mundo sabe, el Pagafantas es ese espantajo que siempre se fija en tías muy por encima de sus posibilidades y que consecuentemente nunca se come una rosca, a pesar de ir palote perdido, y además termina siendo el “mejor amigo” de todas las chicas.

Alrededor del Pagafantas, protagonista indiscutible de esta historia, hay otra serie de personajes igualmente curiosos:

La tía buena amiga del Pagafantas, que indefectiblemente parece o medio lela o una gran hijadeputa que, a pesar de los constantes babeos y caritas de carnero degollado del desgraciado, nunca parece darse cuenta de nada y se permite desnudarse delante de él, acostarse con él y abrazarlo como si fuera un peluche inanimado ignorando olímpicamente su azoramiento y sus erecciones.

Los amigos del Pagafantas, que son los que sí que se acuestan con las chicas porque suelen elegirlas en función de sus posibilidades reales. Si además están cachas suelen ser los objetivos sexuales de las tías buenas por las que babea infructuosamente el Pagafantas. Estos amigos sienten ternura y cariño por el personaje, como suele ocurrir con casi todos los individuos patéticos.

La madre del Pagafantas, que sufre viendo cómo su hijo hace el canelo una y otra vez y parece tristemente predestinado a ser el capullo de su pandilla y el paño de lágrimas de las tías.

Bueno, pues esta película está dirigida a toda esta gente, que son los que hacen críticas entusiastas sobre ella y por lo visto se han divertido una barbaridad con las desventuras de este muchacho. El que se siente Pagafantas o conoce a alguno se ha sentido identificado con la descripción y se lo ha pasado bomba. El resto de la gente probablemente se quedará alucinada de ver el exitazo que un bodrio como éste ha cosechado.

Yo ni soy Pagafantas ni amiga de Pagafantas ni torturadora de Pagafantas ni madre de Pagafantas (que yo sepa), y por eso esta película me ha parecido un auténtico coñazo de proporciones gigantescas.

Es una pena que Borja Cobeaga, en lugar de dedicarse a los gags cortitos para la tele como ha venido haciendo con éxito durante años en “Vaya semanita” o “Muchachada Nui” haya decidido dar el salto al cine con esta clase de fantochadas.

Aunque bueno, pensándolo bien, este tipo de pelis tienen un montón de público y ésta terminó siendo una de las más exitosas el año que se estrenó. Qué coño, los tontos son un filón y este tío se ha dado cuenta y ha decidido explotarlo y vivir de eso. Felicidades por la idea y sigue llenando nuestras pantallas de historias de capullos para capullos. No me extrañaría que te hicieras rico. Entre los centenares de Pagafantas y Juancarlitros que por este país pululan ya tienes un montón de incondicionales que, no me cabe la menor duda, leyendo esta crítica se estarán subiendo por las paredes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario