martes, 22 de octubre de 2013

Yo, yo mismo e Irene, by Peter y Robert Farrelly

Comentarios, observaciones y apostillas a algunas críticas leídas:

“La película no tiene ningún sentido pero está llena de escenas bastante graciosas”. Cuáles, cuántas, dónde están.

“Recomendable a quienes deseen reírse a cualquier precio sin mirar con lupa el argumento”. Pues no, yo quería reírme a cualquier precio sin mirar con lupa los argumentos, pero… no me he reído.

“La película consigue al menos entretener durante el tiempo que dura”. Ah, sí? A quién. Porque a mí ni durante el tiempo que dura ni durante ningún tiempo.

“Se la recomiendo, véanla porque es muy divertida”. No, no es muy divertida, de hecho no es nada divertida. Es zafia, es tonta y es básicamente aburrida.

“Jim Carrey está graciosísimo”. Bueno, si entiendes que poner caras raras y contosionarse mucho es graciosísimo… pues vale.

“Nueva demostración de puro talento interpretativo del apoteósico Jim Carrey”. Lo mismo que al anterior. Si consideras que poner caras raras y contosionarse mucho es puro talento interpretativo… pues vale.

“Tiene tantos golpes de humor que la risa no te deja oír el diálogo”. Suerte que tuviste porque yo, como no me reí, sí que oí los diálogos y te puedo asegurar que hubiera preferido no haberlos oído.

“La mejor película de los hermanos Farrelly.” Tampoco eso es tan complicado. La línea entre la mejor película y la peor de los Farrelly puede llegar a pasar bastante desapercibida para muchos.

“El cine de los Farrelly es así, ágil, surrealista…” Lo realmente surrealista es hacer ese comentario sobre el cine de los Farrelly. Surrealista eres tú, chaval.

“Muy buena la escena que bajan del tren y Carrey se empieza a pegar él solo.” Permítame que te diga sin ningún tipo de acritud que tu concepto de lo “muy bueno” podría, incluso debería, ser revisado. Prueba a ponerte ante el espejo y darte de hostias a ti mismo y luego me cuentas.

“Excelente película venida a menos por la manía que se tiene a este gran actor.” Este comentario sólo puede venir del mismísimo Carrey, al más puro estilo “Buaaaaa, el profe de Mates me ha suspendido porque me tiene maníaaaa”. Jim, eres tú?

Burda, bazofiosa, pesada, repetitiva y cutre. En definitiva, como todo lo de los Farrelly.

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