viernes, 24 de febrero de 2012

Aflicción, by Paul Schrader

No tengo nada que objetar a la afirmación generalizada de que Nick Nolte hace en esta película una interpretación magistral, probablemente la mejor de su carrera. Lo que ocurre es que no tengo ni idea de lo que le pasa a su personaje, tan mal definido está en el guión. Bueno, sí, es evidente que es un tipo traumatizado por una infancia difícil, con un padre borracho y violento y una madre sumisa y timorata. Hasta ahí llego. Pero el proceso de deterioro personal que se produce en el filme es inexplicable. Ese trauma ha estado ahí toda la vida y no se entiende por qué razón sale en este momento y explota todo.

De fondo la historia de un asesinato que no sé muy bien qué pinta porque ni el guión le hace demasiado caso ni da sustancia ninguna a la trama. En realidad, aparte de ver al protagonista cada vez más desquiciado, la película es un pedazo de rollo morollo de aquí te espero. Y como además a esa autodestrucción repentina no se le ve demasiado fundamento, pues tampoco despierta mucho interés, ni tan siquiera algo de morbillo.

Vamos, que me aburrí como una ostra y que ni siquiera la famosa escena de la muela consiguió sacarme de mi sopor, así que con las mismas me fui a la cama y allí dejé al desquiciado destrozándose la vida a su bola mientras yo me entregaba a un sueño harto reparador.

Eso sí, indiscutiblemente Nick Nolte hace genial de tipo autodestructivo y tarado, como ya demostrara en su día con "El príncipe de las mareas". Es un papel que, oye, le va como anillo al dedo.

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