viernes, 24 de febrero de 2012

Oldboy (Old boy), by Park Chan-wook

Mira que me echan para atrás las pelis de culto. Y mira que me resisto. Pero esta peli tiene críticas tan apasionantes y tan apasionadas que tendría que ser de piedra para no sucumbir. Total, que voy y sucumbo, y que sea lo que dios quiera.

Lavirrrrgen! Por qué no aprendo? Por qué caigo una y otra vez en la piedra del cine de culto? Qué clase de tara genética o adquirida me induce a repetir mil veces el mismo error?

A ver cómo lo cuento sin que me tachen de racista. Oldboy es una película coreana, y siento en el alma tener que decirlo, pero los coreanos, al igual que los chinos y los japoneses, son todos iguales. No los distingo, no soy capaz de discernir quién es quién, y si ya es una escena grupal yo no veo nada más que un montón de chinos. No sé quién es el bueno ni quién es el malo, ni el protagonista ni su primo ni su abuela. Distingo por sexos sólo si llevan moño, que si no ni eso. Y así no se puede ver cine. Imposible.

Otro problema. Por lo visto el final de esta película es la hosstia. Hay hasta quien dice que es antológico, que sólo por ese final hay que verla entera. Y ahí estaba yo, en el intento. La clave está en conseguir llegar a ese final. Yo confieso que no pude. Es una putada del copón, es como si antes de llegar al orgasmo vas y te duermes. Pero de verdad, es que es muy difícil no dormirse.

Yo sé que últimamente parezco una marmota, porque siempre cuento que me duermo en todas las películas. Tengo un ranking de campeona. Supongo que habrá hasta quien piense que estoy falta de sueño y que no debería de ver cine a deshoras. Señores, se equivocan. Duermo la siesta todos los días, mínimo dos horas, como buena andaluza de pro.  Cómo se explica, pues, este sopor insoportable? Yo qué sé, o yo estoy fatal de morirme o es que no llego, no capto, no me involucro en el cine de culto.

El actor protagonista se llama Choi Min-sik, lo cual a mí no me dice nada tampoco. Si por caras no los distingo, por los nombres todavía menos. El detalle del director es dejarle un peinado imposible que consigue lo imposible: distinguirlo de los otros actores y actrices. Pero vamos, que con todo y con eso, el sopor invade igual. Y el final, que es algo así como la tierra prometida, se antoja inalcanzable.

Y lo es. Y ésta es mi última peli de culto. Palabrita del niño Jesús. Me rindo.

Me voy corriendo a Filmaffinity para mirar en los espoilers el final.

No hay comentarios:

Publicar un comentario