lunes, 13 de febrero de 2012

The lovely bones, by Peter Jackson

La idea es la siguiente: una niña asesinada por un psicópata pederasta, en lugar de irse al cielo, que es donde se supone que van estas criaturas inocentes privadas precozmente de vida, se queda en una especie de limbo que ni es chicha ni limoná, desde el que nos va contando cómo fue asesinada, quién lo hizo y cómo es la vida de su familia desde el suceso. Así, a priori, no tiene mala pinta, aunque lo del concepto "cielo" sí que chirría un poco, pero bueno, aceptamos "cielo" como "sitio superguay al que va la gente buena al morirse" y nos diponemos a ver la peli con los mejores propósitos.

El problema empieza cuando vemos el famoso "cielo" y resulta ser sorprendentemente parecido a un anuncio de Evax fina y segura con alas. Y claro, ya no es que chirríe; es que te destroza el corazón, los nervios y hasta el alma, si es que tal cosa existe.

La parte onírico-fantástica de la película, o sea, la parte de la niña en el limbo alado ese desde el que nos cuenta su historia, es para mear y no echar gota. La parte real, o sea, la de la familia destrozada, es algo más llevadera, y hasta se acerca levemente a lo soportable gracias a ciertas dosis de humor negro aportadas por el personaje de la abuela friki-alcohólica de la niña muerta, interpretada por una Susan Sarandon en un papel completamente distinto a los que nos tiene acostumbrados pero que da ese pequeño toque de diversión que salva un poco el resultado final. Un punto positivo para ella.

Aparte de eso hay tal vez un par de escenas interesantes, con una tensión bien planteada y lograda, pero que se quedan ahí, sueltas y deslavazadas entre tanto despropósito. Sin embargo, como animan un poco el cotarro y contribuyen a ver la película hasta el final, le doy otro puntito por ellas. Y va que chuta.

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