Uno de los personajes más fascinantes de la canción francesa contemporánea. Se lo bebió todo, se lo fumó todo y se lo folló todo, pero también fue capaz de cantarlo todo, desde el funk al rock, pasando por el reggae y llegando hasta el hip-hop. Y de hacer cine. Y de crear la que posiblemente es la canción más sexual de la historia del cine: "Je t’aime… moi non plus”.
La verdad es que no sabía casi nada de la vida de este controvertido personaje, pero la película ha despertado mi interés hasta el punto de que me he tirado horas buscando cosas sobre él por Internet y escuchando sus canciones.
En fin, un tío sumamente interesante, intenso, apasionado, inquieto, voraz, inteligente, procaz, lujurioso, caótico. Tuvo que ser la hostia; a pesar de su manifiesta fealdad no me extraña nada que volviera locas a todas las tías que conocía, incluídas las más deseadas de su tiempo, desde Juliette Gréco a Jane Birkin, pasando por el mito erótico Brigitte Bardot.
Ahora bien, una vez dicho esto, tengo que decir que con ese material el director, Joann Sfar, ha hecho una puta mierda. No me convence nada el toque fantástico-onírico de la historia, me parece cargante y sobrante. Ni falta que le hacía a una vida auténticamente cinematográfica como la del tipo este colarle unos muñequitos que hablan con él y nos traducen sus pensamientos. No sé si pensar que el director toma por imbécil al público o que es una licencia poética cuya intención se me escapa por completo.
Tampoco me convence la insistencia en la faceta de malo malote del tipo; fumador empedernido, bebedor incansable y follador compulsivo. Sí, ya sé, que él mismo se curró este personaje y se dedicó durante toda su vida a alimentarlo, pero me parece muy superficial quedarse ahí. Tenía que haber mucha vida interior ahí, una vida que pasa totalmente desapercibida entre tanto exceso; y los muñequitos, si lo que pretendían era sacar a relucir ese mundo íntimo, fracasan estrepitosamente.
Eso sí, la música es la hostia. No conocía la mayoría de las canciones pero desde luego ha sido para mí un hallazgo impresionante. Tengo que investigar mucho más en la discografía de este señor porque me parece totalmente genial. Y una voz ronca, grave y tan intensa como él mismo que deja grogui total.
Del protagonista, Eric Elmosnino, qué puedo decir. Se llevó, entre otros premios, el César al mejor actor por este papel. Desde luego el parecido físico es impresionante, y tiene mérito, eh? Porque no es fácil encontrar a dos tíos tan similares en su fealdad. De todas formas me da la sensación de que carece de la intensa sexualidad del auténtico Gainsbourg y de su capacidad de seducción. No sé, no consigue transmitirlo bien. Es casi como un apunte pálido de lo que probablemente fue el potencial erótico del músico.
En definitiva, una cinta que invita a saber más del personaje, que despierta inevitablemente la curiosidad, y creo que en las mujeres algún gusanillo más, pero que se queda muy muy corta. Parafraseando el Mío Cid, Sfar es muy poco vasallo para tan buen señor.
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