Bueno, sí, qué pasa? Soy una moñas y es Navidad. Y si me echas una mezcla de Mathilda, Oliver Twist, Mary Poppins, Cenicienta, la Cerillerita y Cuento de Navidad yo lloro, hossstia, como cualquier hija de vecina. Porque esto es puro veneno, es una puñalada trapera, es una bomba letal para cualquier alma cándida como la mía.
Sí, Alfonso Cuarón, me has tocado la fibra: esa niña rica convertida en criada y aparcada en un desván sucio y frío, que le cuenta cuentos a las otras niñas del internado, que sueña con su papá perdido, que habla con los ratoncillos y se hace amiga de un mono hindú y se autoproclama princesa... esa niña pude haber sido yo. Pero no fui.
Yo en cambio soy la malvada directora del internado. Que sí, que he llorado y he moqueado como era de rigor en cualquier ser humano, pero que digo y proclamo a los cuatro vientos que esta película es... una mierrrrrda como la copa un pino!!!! Un engañabobos. Un irritapupilas. Un encogecorazones. Un achantapichas. Un anudagargantas. Y una extorsión espiritual como un castillo. Cuarón, cabrón!!!!!!!
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