martes, 11 de diciembre de 2012

Los idus de marzo, by George Clooney


1. Gosling-Giamatti: los rivales políticos, G contra G. En principio podría parecer el dúo más hostil pero qué va, para nada. Es un duelo a muerte pero sólo interpretativo, tal vez las mejores escenas de la peli sean entre ellos dos. Se olfatean, se miden, se ponen trampas, sí, pero ambos buscan lo mismo aunque con distintos candidatos. De todas formas Giamatti consigue hacerle la pirula a Gosling en un round la mar de interesante. Pedazo de escena, chapeau Clooney.

2. Gosling-Hoffman: compañeros y sin embargo cordiales enemigos.  Qué grande Hoffman, y encima tiene la capacidad de engrandecer con su presencia a Gosling. No hay eclipses ni de sol ni de luna, ni el bello eclipsa al feo ni el feo al bello. Son el complemento perfecto, y lo mejor es que se intercambian los papeles de bueno y malo como los que se intercambian las putas. Inmensos los dos.

3. Gosling-Clooney: jefe y empleado, líder carismático y seguidor, actor y director. Las cosas como son, Clooney es Dios como guionista y director pero en la pantalla aquí concretamente casi ni se le ve. Su papel de político aparentemente impecable pero con sus pecadillos ocultos es el menos atractivo, tal vez por lo visto y requetevisto del rol. Ya van muchos y todos son muy parecidos; ya sabemos que cuanto más cariñositos y encantadores con sus señoras más despendolados. En su honor diré que se ha autoencomendado el papel más tontorronzuelo y menos vistoso.

4. Gosling-Tomei: la periodista y el político. También un dueto interesante. Sus diálogos son verdaderamente intensos y fascinantes: qué me cuentas, somos amigos, no?; Te puedo contar hasta aquí; si no me dices algo más mañana escribo que...; vale, escríbelo pero dejaremos de ser amigos; y yo qué gano; seguir siendo mi amiga y que te cuente cosas...  La verdad es que las relaciones entre la prensa y la política  son un auténtico submundo mucho más misterioso que el del más allá, dónde va a parar. Lo que yo daría por escuchar en secreto hablar a algunos con algunos. Y quien dice algunos dice algunas.

5. Gosling-Gosling: tu peor enemigo eres tú mismo. El Gosling del principio y el del final son la noche y el día. Precisamente en este idus, digo dúo, está el quid de la historia. Si queréis saber de qué hablo tendréis que verla y esperar hasta el final; el último primer plano de Gosling es verdaderamente demoledor. Muy triste. Y francamente desperanzador. Pero muuuuuuuuuuuuy bueeeeeeno.

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