martes, 9 de abril de 2013

El primer día del resto de tu vida, by Rémi Bezançon

La madre. Cuarentona, sobreprotectora y hormonalmente tocadilla. La película refleja su crisis de madurez, el momento en que los hijos se hacen mayores y se van de casa. Un personaje bastante tópico y previsible.

El padre. Taxista e hijo de propietario de viñedos. No se explica muy bien la deriva vital del tipo, cómo pasa uno de heredero de viñedos a taxista ni tampoco cómo puede mantener el pedazo de chalet que tiene, aunque sabemos que la pasta para comprarlo se la prestó el padre. Es interesante la tensa relación que mantiene con éste aunque tampoco se entiende demasiado bien el conflicto entre ambos.

El hijo mayor. Buen estudiante, pijo, brillante. Es probablemente el papel menos atractivo y más plano (aunque eso sí, el tío está bueno de cagarse). No tiene fisuras ni dobleces. Su punto de vista sobre la familia es también el más flojito.

El hijo mediano. El más perdido, para mí el más inquietante y atractivo, el único que se sale un poco de la norma y el que aporta más frescura. Naturalmente es el hijo sensible, el que no encuentra su sitio. Muy significativo el detalle del número de teléfono perdido. Los momentos mejores de la película corren de su cuenta junto con el abuelo, catando vinos. Los aficionados a la enología disfrutarán con sus charlas.

La peque. Adolescente descerebrada con pretensiones de rebelde sin causa. Sobreprotegida por su hermano mayor y malcriada por sus padres. Como casi todos los adolescentes de su especie, con el tiempo vuelve al redil y se vuelve la hija soñada. Otro personaje muy tópico y poco interesante. Se ve que Rémi Bezançon no se ha comido mucho la cabeza desarrollando caracteres, aunque el resultado final se deja ver 

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