viernes, 19 de abril de 2013

Mona Lisa,by Neil Jordan

LA BUENORRA. En este caso una puta de lujo. A mí las historias de putas me molan mazo. Son todas tan buenas personas (casi imposible encontrar en el cine o en la literatura a una meretriz con malos sentimientos, haced la prueba), tan desgraciadas, tan entrañables! Debe de ser el único oficio del mundo en el que prácticamente no existe la maldad, si exceptuamos a los proxenetas, que ésos sí son todos malos malísimos. En fin, esta puta de Neil Jordan es una negra estupenda, por supuesto con un corazón de oro, de la que no puede evitar enamorarse locamente el protagonista indiscutible de la cinta, que en este caso es “El feo”.

EL FEO. Nuestro feo es el pringao de toda la vida, ése que ahora se conoce (un gran hallazgo, por cierto) como “Pagafantas”. Este feo además es bueno; es un cacho pan, un osito de peluche, vamos, un pringao de manual. A pesar de que el tío acaba de salir de la cárcel tras una carrera gangsteril que se adivina intensa y fructífera, cae redondo ante una buena caída de pestañas y una sonrisa triste de la buenorra. Bob Hoskins pone cara a nuestro feo y lo convierte en un ser adorable, desprendido, ingenuo, capaz de matar y morir por su particular Mona Lisa.

EL MALO. Por supuesto, como en toda peli de putas, no podía faltar el malo, que en este caso no es el chulo sino el gangster que maneja el negocio a gran escala. Michael Caine da vida con su habitual buen hacer a este personaje malvado y sin escrúpulos que es el contrapunto perfecto a la bondad del pobre ex convicto enamorado. Al final, como en casi todas estas historias, la cosa se reduce a si ganan los buenos o ganan los malos, o no gana ninguno de los dos, que también podría ser. Con los datos que he dado, adivináis cómo acaba?

No hay comentarios:

Publicar un comentario