"Mamá, por fiiiiiiiiiiiiiiii, ponle un 10", me piden todo entusiasmados mis hijos adolescentes al terminar de ver esta película. Yo los miro horrorizada; ni jarta vino le pondría yo un 10 a esto, ni siquiera un 5. Y sin embargo ellos están encantados con la mamarrachada esta. No me extraña, están en pleno pavo y se pasan la vida viendo "La que se avecina" y "Aída", así que tienen el nivel que tienen y tampoco se le puede pedir peras al olmo.
Lo que sí me resuelven es un misterio. Ya sé qué clase de gente va al festival de Málaga: adolescentes granulentos que, en pleno flipe grupal, le han dado el premio del público al engendro.
A ver cómo cuento yo esto: os imagináis a Tele5 subvencionando una película sobre los males de la telebasura? No, no es un chiste; es una realidad, y el fruto es esta cinta.
Como si Intereconomía subvencionara una película sobre ética periodística.
O como si La Razón subvencionara una película sobre la república.
O como si la Casa Real subvencionara una película sobre elefantes en extinción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario