miércoles, 28 de noviembre de 2012

Sonata de otoño, by Ingmar Bergman

Leí en una crítica sobre esta película: "Apta nada más para fanses de Bergman y gente que gusta del sado-hedonismo". Y me engañó por completo, porque yo soy tanto fanática perdida del director como amante de todo lo sado, hedonismo incluído. Y sin embargo para mí apta no es ni mucho menos.

Descubrí a Bergman en "Secretos de un matrimonio" y me pareció la hosstia. De vida de pareja y de desastres conyugales se veía que el tío sabía un rato. Y lo redescubrí después en "Gritos y susurros" y también ahí vi que de historias chungas de familia estaba bastante puesto. Pero me pongo a ver "Sonata de otoño" esperando algo así en torno a las relaciones madre-hija, y me encuentro con esta  majadería, llena de diálogos superespesos y requetemísticos que son de verdad para echarles de comer aparte.

En fin, estaba dispuesta a llorar a moco tendido y a estremecerme como un tierno pajarillo, y la verdad es que me pegué un planchazo de campeonato; este hombre no tenía ni puta idea de relaciones madre-hija. Si para hablar del tema necesitó crear estos dos personajes extremos, una madre hiperegoísta que no quiere a nadie y una hija superinsulsa y megagilipollas que odia a su madre, es que no dominaba para nada la cuestión, cosa por otra parte normal dado que él ni era madre ni era hija. Pero entonces... para qué coño se metió en este berenjenal???

En fin, un palazo más en mi larga carrera de crítica amateur. Ni siquiera me convencen Ullmann y Bergman (actriz), la primera porque ya estoy acostumbrada a su registro con Bergman (director), y la segunda porque su parte del guión es especialmente pastosa y además porque no soporto, ya desde "Casablanca", su vocación por el constante titileo lagrimal. Me carga esta mujer, lo siento.

No dudo de que las dos están estupendas, al igual que la pobre hija paralítica cerebral, que nadie se acuerda de la criatura, pero a mí ya me resultan cansinas cada una en su estilo, especialmente Ullmann. Supongo que estas cosas pasan cuando una trabaja siempre con el mismo director y éste se empeña en que haga siempre el mismo papel, ponga las mismas caras y diga más o menos las mismas cosas.

Pobre Ingmar! Él, que sabía un poco de todo y que todo lo controlaba, no tenía ni idea de lo complejas que pueden llegar a ser las relaciones madre-hija normales, sin rarezas especiales. Y tuvo que inventarse a estas dos taradas para contarnos lo que cualquier hija o cualquier madre sabe sin necesidad de tanto teatro.

Cuando yo era hija puteé a mi madre hasta la saciedad, y la pobre no me pudo putear nunca a mí porque yo creo que le daba hasta miedo, de lo bicho que era. Ahora que soy madre es mi hija la que me putea a mí siempre que puede, aunque yo me defiendo bien y contraataco con mi armamento pesado. Si le hubiera contado a Bergman unas cuantas charletas duras y complicadillas entre nosotras fijo que le habría salido un guión bastante mejor; al menos más real, más reconocible, más humano y menos divino. Claro que igual entonces no parecería Bergman; sonaría mucho más a Almodóvar. Bueno, con cierto toquecillo Allen.

1 comentario:

  1. A ver, ni que decir tiene que "Secretos de un matrimonio" y "Gritos y susurros" son dos obras maestras y, no obstante, "Sonata de otoño" es obra menor (en concreto, obra de cámara, intimista) dentro de su poderosa filmografía. Es una película hecha 100% para Ingrid Bergman (con la ayuda incondicional de Liv Ullman) y como interpretación estelar, dramático-existencialista, de estas dos superactrices, está bordada. Ahora bien, particularmente no está entre mis mejores filmes de Bergman (con tantas joyas que tiene) y podemos, bajo mi p.d.v., anteponer a esta, unas cuantas (aparte de las que has citado: "Secretos..." y "Gritos..."): "La sed"; "Juegos de verano"; "Un verano con Mónica"; "Fresas salvajes"; "El séptimo sello"; "El manantial de la doncella"; "Como en un espejo"; "El silencio"; "Los comulgantes"; "Persona"; "La vergüenza"; "La hora del lobo"; "Pasión"; o "Cara a cara". Aunque, repito, es solo mi opinión personal-subjetiva...

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