jueves, 1 de noviembre de 2012
A propósito de Schmidt, by Alexander Payne
Uyssss, Jack Nicholson, mi psicopatilla favorito ("Mejor imposible"), y Alexander Payne, director de la inolvidablemente alcohólica "Entre copas" juntos! La cosa promete. Y además cumple.
El amigo Metabaron en su crítica sobre esta película plantea una pregunta interesante a la que me gustaría responder: "Qué vamos a hacer con nuestra vida cuando nos jubilemos?"
Cuando quéeeeeee? Metabaron, chaval, puedes estar tranquilo. Nunca vamos a jubilarnos, lo cual nos quita un problema de encima porque no tenemos que preocuparnos por esa gilipollez.
Nosotros nunca nos aburriremos viendo la tele durante horas sin nada más que hacer; o puede que sí, pero será porque estemos en el paro, y nuestra preocupación más gorda será comer.
Grande Jack Nicholson. Sobrio, lacónico, tierno, contenido, aunque no lo podáis creer. Magnífico. Si nunca lo habíais visto llorar a moco tendido, prometo que merece la pena.
Espléndida Kathy Bates. Esa suegra tremendísima, Roberta la terrible. Un pequeño gran papel que le valió una merecidísima nominación a los Oscars, al igual que a Nicholson el suyo.
Payne es muy bueno dirigiendo actores, aunque a estos dos poca falta les hace. La pareja Nicholson-Bates es todo un hallazgo; explosiva y letal.
Frente a ellos la pobre Hope Davis queda insípida y deslucida. Le pasa como al que no sabe pintar, que aunque pinte a Mahoma... ni fu ni fa, no pasa nada.
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