Ésta es la típica película que ves con 20 años y te parece la hossstia y que un día la pasan por la tele y dices: "Soportará esto mi pasión por la demolición cinematográfica?"
Y lo dices con el escepticismo propio del que sabe que muy pocas pelis de tu vida han logrado mantenerse en su nivel al confrontarlas con el paso del tiempo, con el tuyo y con el de ellas. Pero en fin, hagamos la prueba del algodón. Veamos si "La misión" aguanta como una campeona y si Roland Joffé se libra de la quema.
Pues bien, la veo y entiendo lo que me fascinó de ella. No se puede discutir que el paisaje es majestuoso, que la fuerza de la naturaleza está retratada de forma impactante, que la fotografía es una maravilla, que la banda sonora es el contrapunto sonoro perfecto a tanta solemnidad visual... Comprendo que tuve que quedarme con la boca abierta por fuerza.
También sé que tanto De Niro como Irons interpretan dos de los personajes más emblemáticos, carismáticos y recordados de sus carreras. Entonces qué? Pues que sí, que impacta, que abruma, que como documental quedaría precioso, peeeeero... que no me interesa nada de lo que me están contando. No hay alma, no hay vida; sólo estética pura y dura.
Veredicto:
Misión cumplida: la perfección formal.
Misión imposible: que con esa belleza aterrradora, inmensa y brutal la historia importe un pimiento
No hay comentarios:
Publicar un comentario