domingo, 6 de enero de 2013

Hannah y sus hermanas, by Woody Allen

La acción transcurre entre 3 días de Acción de Gracias consecutivos. 3 días que significan 3 años en las vidas de 3 hermanas. Arranca con la crisis del matrimonio de Hannah,  cuando su marido, interpretado por un Michael Caine enorrrrrrrme, se enamora de una de sus hermanas.

La película tiene una estructura dual, a base de capítulos alternos: unos, los dramáticos, con las hermanas de protagonistas, que se alternan con otros capítulos cómicos, en los que Woody Allen es rey y señor absoluto (sus neuras, su hipocondria, su búsqueda de la religión verdadera, etc., bueno, ya sabéis). Creo que éste es un fenómeno único en la filmografía alleniana porque no recuerdo ninguna otra de sus películas que esté articulada de esta manera, plan una de cal y otra de arena.

Para mí es uno de los filmes más completos del director. Esa alternancia entre lo dramático y lo cómico hace que no podamos encasillarlo ni en una tipología ni en otra. Es un híbrido puro, valga la paradoja. Porque es cierto que en muchas de las películas dramáticas de Allen hay puntos de humor y en casi todas las comedias hay cierto trasfondo trágico-filosófico, pero ninguna otra está planteada así, como un equilibrio de fuerzas.

A mí lo que me falla es Mia Farrow. Reconozco que esta mujer siempre me parece un poco tontorrona en todas las películas, pero mucho más en las de su ex-marido. No sé si es que realmente es así o es muy buena actriz y consigue aparentarlo o es que Woody le saca su lado más memo,  pero el caso es que siempre tiene una mirada así como alelada. Su monopapel en todas las películas que hizo con Allen es el de una tía más pallá que pacá que no se entera de casi nada pero que curiosamente está en medio de todos los fregados.

Para mí ésta sería una película perfecta sin Mia Farrow. No sé, se supone que interpreta a la hermana fuerte, segura de sí misma, equilibrada... Es todo lo contrario de lo que sugiere Farrow.

Pero claro, este hombre es carne de musas, y por aquella época ella era su inspiración carnal y espiritual y había que meterla en todos los proyectos aunque fuera con calzador. Y además de prota. Pero cuando no pega, pues no pega, qué quieres que te diga. En esto del cine no hay nada peor que un director encoñao.

Woody, Woody, que te pierden las mujeres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario