sábado, 6 de julio de 2013

Ejecución inminente (True crime), by Clint Eastwood

El enternecedor abuelete Clint vuelve a su faceta de conquistador empedernido. "Tengo 80 años pero me lo como todooooorrrr, nena. Venacapacá que te vi a poné mirando pa Pamplona, guapa, que tengo la cajita de Viagra pa estrenar".

Es lo que peor llevo yo de las pelis de Eastwood, su afán por aprovechar la coyuntura para restregar su prostática cebolleta por alguna piel joven y tersa, ávida de experiencias fuertes con la tercera edad.

Yo sinceramente en esta entrega casi sufría más por cómo se le iba a levantar su aparatejo a Clint que por la tragedia del pobre reo a muerte.

Y es lo que pasa cuando te montas historias paralelas alucinantes, que el personal se te despista y termina pensando en todo menos en la trama principal. Clint, muy mal, eso es una llamada innecesaria a la dispersión. Si quieres restregarte con pibones gratis cuélate en el metro, joder.

De todas formas la peli es un puro cachondeo de principio a fin:

1. El enfrentamiento de Clint y su jefe por los cuernos que le pone con su señora: "Si te sirve de algo me siento fatal". "Pues no, no me sirve"

2. La secuencia de Clint con la niña en el zoo. Carreras en el zoo. (Por cierto, qué horror de niñas, la suya propia y la del condenado a muerte. Qué espanto)

3. El coleguita mendigo: ""Coñito con tostada, guapa. Coñito con tostada, coñito con tostada."

4. El momento "Señora, abróchese el cinturón. Uysss, esta curva tendrían que arreglarla".

5. La patética excusa de la chica de 20 años: "Lo siento, no puedo hacer esto contigo, estás casado". Niñññññña, que aparte de estar casado tiene 80 añossssss!!!!!

Pues sí, es un puro cachondeo de principio a fin. Clint se supera a sí mismo en todo. Y no será por falta de hazañas en pelis anteriores, pero ésta las sobrepasa con creces a todas: se trata de que un periodista anciano, alcohólico y viejo verde consiga demostrar en menos de 12 horas la inocencia de un tío condenado a muerte que ha pasado por unos cuantos juicios y tropecientas apelaciones.

Señores, triple salto mortal. En 12 horas me leo por encima una nota sobre el juicio, me percato de inmediato de que todos mienten, busco a los testigos, me entrevisto con ellos y por cojones, sí o sí, salvo a este hombre. Y no contento con eso, entre tanto llevo a mi niña al zoo, discuto con mi mujer, me emborracho, follo con la señora del jefe, me peleo con el susodicho y hasta me da tiempo a reflexionar un ratito sobre el sentido de la vida.

No me extraña que los empresarios españoles digan que por estos lares rendimos poco. Jodeeeeeer, es que hay comparaciones que matan.

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