viernes, 24 de mayo de 2013

La noche de los lápices, by Héctor Olivera

Por Claudio de Acha, asesinado por ser joven y pedir un boleto estudiantil.

Por Horacio Ungaro, casi un niño que se enfrentó a una panda de psicópatas

Por María Clara Ciocchini, que soñaba con un mundo mejor que nunca podrá ver.

Por Claudia Falcone, repetidamente violada por todos los agujeros de su cuerpo.

Por Francisco López Muntaner, 17 años y un montón de sueños perdidos.

Por Daniel A. Racero, por lo que sus ojos vieron y no debieron haber visto.

Por Pablo Díaz, el único que consiguió sobrevivir para contar la historia de todos.

Por sus padres, por sus hermanos, por todos aquéllos que aún siguen buscándolos.

Y por los hijos que no tuvieron y las vidas que no vivieron. Gracias, Héctor Olivera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario