miércoles, 29 de mayo de 2013

Vuelo nocturno, by Wes Craven

Tenemos 3 escenarios básicos, a cual más esperpéntico:

1. Aeropuerto: Presentación de personajes: chica colgada al teléfono, muy mona, muy estilosa, peinada impecablemente, además de buena persona, atenta con sus mayores, en definitiva, perfectamente hostiable y asesinable (Rachel McAdams)... Chico majo de ojos azules que la invita a tomar una copa y juega a adivinar cuál es su combinado favorito (Cillian Murphy). Media hora de guiñitos, miradas, sonrisas profidén, babeos mutuos... Un tostonazo como la copa un pino.

2. Avión: todos los tópicos: tormenta, turbulencias, niña que viaja sola, azafatas que no se enteran de nada, viajera coñazo, momento water, persecuciones por el pasillo central... En fin, nada que no hayamos visto antes algo así como un millón de veces. La tía cada vez más llorona y más plasta, el tipo echándole una paciencia que pa qué. Y yo animándolo pa mis adentros: mátala, hossstia, que es una pupa viva. Qué petarda, lavirrrgen.


3. Casa de la chica:  inmensa, laberíntica, de diseño demencial. Jugamos al ratón y al gato. Se lía el desmadre padre. Ay omá, que aquí te pillo aquí te mato. Y un huevo, te mato yo. Tooooma lamparazo. Pos tú toma bastonazo de golf. Pos ahí va mi osito de peluche chapado en oro. Pos espera, que te doy un mamporrazo con la mesita de centro... Fiuuuuuuuuuuuuuu, allá va mi colección de pinturas de la señorita Pepis.... Bueno, y así casi una hora. Por diosssss, tío, mátala ya de una vez. Qué cansino, Wes Craven, qué pesado.

La apruebo por los pelos porque es cortita, y porque Cillian Murphy es un crack y lo mismo te hace de muchacho encantador técnicamente follable que de psicópata sin escrúpulos. Cillian, va por ti, majete.

No hay comentarios:

Publicar un comentario