viernes, 3 de mayo de 2013

París París, by Christophe Barratier

Estaba yo anoche indecisa entre ver esta peli o "El hombre sin sombra" y me costó un buen rato decidirme. Al final elegí "París, París" por lo que su propio nombre indica, porque a un paseo por París nunca se puede decir que no y porque entre señores sin sombra o malas sombras y ciudades deslumbrantes siempre recomendaré lo segundo. Y mira, no fue mala elección.

Tenemos una historia que es algo así como una mezcla entre “Cinema Paradiso”, “El viaje a ninguna parte” y “Moulin Rouge”, o sea, una historia sobre el amor por el mundo del espectáculo, más que amor una gran pasión.

Como en “Viaje a ninguna parte” está la lucha por la supervivencia de un grupo de actores, las inevitables cuitas de amor y celos entre ellos, y ese irresistible encanto que tienen para todos los que amamos el teatro las historias que transcurren entre bambalinas.

De “Moulin Rouge” toma la parte de los números musicales, aunque bastante menos coñazo, pero sobre todo esas incomparables vistas de París desde los tejados de Montmartre. Esas escaleras interminables que suben y bajan por el barrio más emblemático de la ciudad. Ay omá, qué gonito! Sólo por eso no me importaría verla mil veces.

De “Cinema Paradiso” reconoceréis la lucha colectiva por salvar el edificio; el inevitable niño-prota (grrrrrrr) y el igualmente inevitable tono lacrimógeno, que es lo que más echa para atrás de este tipo de películas. Que sí, que desde que empiezan sabes que al final va a tocar moquear tanto si quieres como si no. De todas formas “París París” es mucho menos sentimentaloide y bastante menos burda para  tocar el lacrimal con saña y alevosía. Personalmente ésta me parece mucho más fumable, aunque los incondicionales de "Cinema Paradiso" puede que quieran fulminarme por esto.

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