Verdaderamente increíble, asombroso, espeluznante... que la misma persona que ha dirigido este pedazo de película haya podido concebir un producto tan vomitivo y soez como "Primos". Aunque claro, si tenemos en cuenta que entre medias se dejó caer con esa sarta de despropósitos que fue "Gordos" ya la cosa extraña un poco menos.
El gran misterio de Sánchez Arévalo consiste justamente en eso; en la respuesta al enigma de cómo un talento como el que nos dejó adivinar y hasta tocar en AzulOscuroCasiNegro ha podido deteriorarse en tan poco tiempo de esa forma para dar lugar a esos dos engendros indigeribles de cuyos nombres me gustaría no tener que acordarme.
Lo que en su opera prima era sencillez, naturalidad, sentimiento, intensidad, impecable contención, delicadeza y exquisitez ha derivado inexplicablemente con el tiempo en burdez, artificio, topicidad, vana sensiblería, futilidad y exageración. Nada de lo que prometía se ha cumplido, y en cambio nada de lo que se ha cumplido se veía venir en AzulOscuro.
De esta peli me gusta todo y me encantan todos los actores, pero destacaría a un inspiradísimo Raúl Arévalo en su pequeño papel secundario, protagonista de una historia paralela con cierto punto grotesco pero a la vez muy tierno, mérito que atribuyo casi en exclusiva a su pericia interpretativa. Lástima que el primo Dani no lo dejara ahí para que siguiera su camino y haya seguido contando con él para sus bodrios posteriores. Una verdadera putada.
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