Premio especial del jurado en San Sebastián 2009, lo cual no es en absoluto garantía de nada, si acaso de muermo. Ya sabemos la clase de premios especiales que dan los jurados estos. Personalmente desconfío cada vez más de los premios en festivales, salvo los del público, que obviamente coinciden un poco más con los gustos del idem.
Yo no creo que esta peli sea de premio; si acaso de premio a la mediocridad. No disgusta pero tampoco entusiasma; no es para vomitar pero tampoco para tirar cohetes. Vamos, que ni fu ni fá ni chicha ni limoná. Ni siquiera es muy francesa, que como mis muchísimos seguidores saben, es uno de los elementos que yo más valoro en una película. No lo puedo remediar; me pasa como a los yanquis progres, que me encanta todo lo francés.
La historia va de una drogadicta embarazada que se cuelga de un homosexual. Tiene muchos momentos "Verano azul" de paseítos por la playa y tal, y también tiene sus ratitos "Sexo feliz", para los incondicionales del tema, con la particularidad de que el sexo es con una señora embarazada de verdad, ya que la actriz protagonista, Isabelle Carré, parece ser que aprovechó su gestación para rodar esta historia que despierta tan pocos entusiasmos salvo para el jurado de San Sebastián de 2009.
También los forofos de la maternidad naturista disfrutarán viendo la barriga de esta señora casi todo el tiempo al aire. A mí, por ejemplo, eso me gustó porque las barrigas de embarazadas me molan un montón y si la propietaria es alguien de confianza casi siempre se la toco. Y si es Navidad, paso mi billete de lotería por ella, al igual que por la calva de los calvos. Por mi parte es el único atractivo que le encuentro a la película.
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