domingo, 18 de marzo de 2012

Sleepers, by Barry Levinson

Una verdadera pena. Un reparto como éste (De Niro, Hoffman,  Bacon, Pitt, Patric, Gassman...) y una historia tan prometedora... y al final se queda en planchazo.

Hay dos partes claramennte diferenciadas en la película: la primera, donde se cuenta la infancia de los chicos en su barrio, su amistad, sus travesuras, sus familias, su complicidad con el cura "progre" interpretado por De Niro...hasta ahí todo bien. Luego hay un punto de inflexión, cuando se acaba súbitamente la infancia de la pandilla a raiz de un error de graves consecuencias, y entramos en el reformatorio.

Segunda parte: empieza bien, la dureza de la vida en el centro, la panda hijoputas que tienen como guardias, los maltratos y abusos, etc. El filme progresa adecuadamente. Hasta que los niños se hacen grandes y entramos de sopetón en los años 80, y empieza el desbarre.

Vamos a ver; esto en definitiva es la historia de una venganza. Lo digo para mi amiga Valdemar, que dice que no sabe muy bien de qué va esta historia, por lo mucho que quiere abarcar; y hasta cierto punto lleva razón. Lo que pasa es que todo esto que he contado es algo así como los preliminares de la gran venganza. De hecho el libro de cabecera del narrador de la historia es "El conde de Montecristo", que no deja de ser a fin de cuentas otra novela sobre ajustes de cuentas. Y ahí es donde falla el guión hasta las trancas: la venganza es chusca, hace aguas por todas partes, es tan fantasiosa que resulta imposible de creer, y presenta tantas lagunas que deja una sensación cortante, como de coitus interruptus.

En esta última parte, que supuestamente debería de ser el culmen y darnos las satisfacciones debidas por todo lo que hemos visto anteriormente, pues el director la caga de plano. Hace un montaje enrevesadísimo en el que intenta abarcar lo divino y lo humano, se arma un lío de la hostia, y la sensación que queda es de... pluffff. Y casi dos horas y media para esto?

De todas formas ya digo que toda la primera parte es muy buena y merece la pena ser vista. De Niro y Hoffman están fantásticos en sus papeles respectivos de cura bueno y abogado borrachuzo, y Kevin Bacon haciendo de guardia malo malísimo también lo clava. El resto cumple sin más.

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