miércoles, 28 de marzo de 2012

Días sin huella, by Billy Wilder

Hoy me había hecho un propósito. Era mi crítica número 500 y quería dedicarla a una peli que mereciera la pena, que convirtiera en memorable tan memorable número. Un clásico, a ser posible. Joder, y va y se me presenta Billy Wilder, ni más ni menos. Qué suerte! Esto está pensado para mí y para mi crítica 500. Una gran película para un gran número.

Y ya tenía mi puntuación preparada: un 10, lo prometo. Peeeeeero pasó lo que pasó. Os cuento:.

• Empieza la película con el listón altísimo, 10.

• Cuando Jane Wyman descubre que Ray Milland empina el codo más de la cuenta y le dice tal que así: "Debes de tener una razón muy poderosa para beber. Un médico la averiguará y te curará." bajamos de sopetón a un 6. No he oído una frase más imbécil, hablando de alcohol, en todos los días de mi vida.

• Cuando el tipo está en la ópera viendo el brindis de la Traviata y le entra el mono y empieza a poner unas caras rarísimas y unas muecas horrorosas (que una se pregunta si tan difícil es llevar una petaca en el bolsillo de la chaqueta, si uno sabe que es alcohólico y le pasan estas cosas), ya vamos por el 4. Para más inri se sale de la sala y, a pesar del monazo no tiene el menor inconveniente en ponerse a ligar con una desconocida, olvidando por completo que está loquito por agarrar la botella y darle un traguito. Dos tetas pueden más que dos carretas y por lo visto también pueden más que un monazo impresionante. Aquí ya nos ponemos en el 2.

• Espero el final para ajustar la nota.  Pues bien, si el diálogo del médico era el más tonto que había visto hasta la fecha, el diálogo final lo supera con creces. La estupidez en esta película va en contínuo crescendo. Definitivamente esto es para cero patatero.

Problema? Hablamos de Billy Wilder, que son palabras mayores. Segundo problema: es mi crítica 500 y estaba predispuesta al 10.

Qué hago, qué no hago? Pues nada, voy a subir un escalón en mis apreciaciones, corro un tupido velo sobre el estúpido final y me remonto al momento "ligue en la ópera" cuando aún iba por el 2, y con inmensa benevolencia, ahí me planto. Un 2 justito y prometo a quien no haya visto la película que estoy siendo muy generosa.

Y hasta aquí ha llegado mi crítica número 500, que de verdad, me hubiera gustado que hubiese sido muy distinta, todo halagos y exclamaciones de admiración, pero que se ha quedado en esto.

De verdad, pensar que Billy Wilder firma esto es para darse a la bebida. No se me ocurre mejor razón para pillar una tremenda cogorza.

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