viernes, 28 de septiembre de 2012

Los amos de Brooklyn, by Antoine Fugua

Cuantas más pelis veo de Antoine Fugua más penita me dan los americanos; vaya mierda de policía que tienen. El que no es un corrupto de cojones es un matao y el que no es un guarro y el que no es un cobarde y el que no es un pringao como la copa un pino. No tienen ni un puto poli en condiciones. Para que luego nos acomplejemos nosotros con nuestras fuerzas de seguridad.

En esta peli tenemos, en plan muestrario, 3 tipos de polis. Bueno, en realidad hay más pero de protas tenemos un trío. Están Richard Gere, Ethan Hawke y Don Cheadle; dos blancos y un negro; un guapo y dos feos; dos jóvenes y un viejo; el bueno, el feo y el malo.

El bueno es Gere. El tío se ha tirado 20 años de poli y ha conseguido no meterse en casi ningún fregao, a pesar de toda la mierda que le rodea, que no es poca. Le quedan seis días para jubilarse (oh, jubilación, qué bella palabra, y qué lejana e imposible para casi todos los mortales) y, como no podía ser de otra manera, en esos seis días la caga. Para colmo, como ya es habitual en Gere, se nos ha enamorado de una puta, muy pretty woman porque es muy mona, pero que no nació tan de pie como la Roberts. Además esta puta nos ha salido negra de nacimiento, vaya por dios.

El feo es Cheadle. Feo y negro, la hemos cagao. Éste es un poli infiltrado y sufridor donde los haya. Lo hace francamente bien porque es igual de negro que todos los malos y no se ríe ni una mijilla en toda la película, pese a lo cual al espectador no lo engaña, pero a sus compinches los tiene a todos encandilaos. Os podéis imaginar, carne de cañón.

El malo es Hawke. Aunque no es tan malo. El pobre es católico practicante, tiene una mujer asmática y una casa llena de moho y, como no puede utilizar anticonceptivos porque su religión se lo prohibe, ha engendrado algo así como 20 chiquillos a los que no puede mantener ni de coña, y dos más que vienen de camino. Porque encima el tío es un as de la fertilidad, y ahora le vienen mellizos. Tremenda putada. La mujer asmática en el hospital, la casa que se cae a pedazos de la humedad, los niños cada uno a su bola, los mellizos empujando a la asmática para nacer... Y a todo esto rodeado de pasta. Quién coño no se haría corrupto con este panorama? Ni el santo Job podría resistirse.

El bueno, el feo y el malo; Gere, Cheadle y Hawke; Richard, Don y Ethan; Eddie, Tango y Sal; los tres mosqueteros; el trío lalalá; la santísima trinidad policial. En definitiva, un piñazo como una casa sólo apto para incondicionales de Fugua y para policías corruptos que quieran aprender las artes delictivas de sus colegas yankis. El resto abstenerse

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